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Cuándo empieza la Semana Santa

La Semana Santa es una de las celebraciones más importantes que existen en la tradición católica. Sin embargo, debido al interés artístico, cultural y turístico que tienen los actos llevados a cabo durante este período, se ha convertido en una de las fiestas más populares y representativas de nuestro país: Ha logrado extenderse más lejos de la dimensión religiosa. Constituye uno de los períodos vacacionales o, como mínimo, un puente; dado que suele incorporar unos días festivos. En el artículo que hemos elaborado en el blog de Opcionis podrás descubrir todo lo relativo a cuándo empieza la Semana Santa, sus días festivos para este, el significado de la liturgia y la importancia que tienen las procesiones en nuestra cultura y economía.

Cuándo empieza la Semana Santa

En este, la Semana Santa comienza el domingo 14 de abril (Domingo de Ramos) y finaliza el domingo 21 de abril (Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua). Componiendo así una semana completa, de las más importantes para la cristiandad, puesto que, durante la misma, se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo Jesús. Se caracteriza por estar cargada de actos litúrgicos y procesionales. En algunas regiones tiene comienzo el viernes anterior al Domingo de Ramos, denominado “Viernes de Dolores” o “Viernes de Pasión” (en memoria del sufrimiento de la Madre de Cristo).

No existe un día fijo en el calendario que indique el inicio y fin de la Semana Santa, puesto que no se toma como criterio para su programación el año natural (calendario gregoriano), sino el calendario lunar. Así pues, cada año tiene lugar en unas fechas diferentes.

Para su comienzo se toma el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena de la primavera boreal. En esta fecha tiene lugar el Domingo de Resurrección. Mejor explicado, primero se da entrada a la primavera (el equinoccio primaveral), tras ello, se espera a la primera luna llena astronómica de la misma y el domingo siguiente se establece como Domingo de Resurrección.

De esta manera, el Domingo de Pascua puede celebrarse entre 22 de marzo y el 25 de abril. Antes o después de este rango de fechas no sería astronómicamente posible.

La fecha del comienzo de la Semana Santa se calcula según las directrices establecidas en el Concilio de Nicea (año 325 de nuestra era). En el mencionado Concilio se acordó:

  1. Que la Semana Santa no podía coincidir con la Pascua judía, para evitar confusiones entre las dos creencias religiosas.
  2. Los cristianos no celebran la Pascua de Resurrección dos veces en el mismo año.
  3. Siempre se inicia en domingo y nunca antes del equinoccio primaveral.

Existe un inconveniente con la variabilidad de las fechas de la Semana Santa, dado que esta celebración religioso-cultural condiciona en gran medida la actividad económica y el turismo, sin contar con las alteraciones producidas en el calendario escolar. Actualmente, según fuentes periodísticas, existe un plan del Papa Francisco para acabar con esta inestabilidad temporal, consistente en fijar una fecha para la Pascua de Resurrección y dejar de lado las conjunciones astrales.

Fechas de la Semana Santa: festivos y no festivos

La Semana Santa tiene días destacados, a pesar de no estar considerados como festivos nacionales según el calendario laboral. Un ejemplo de ello es el Jueves Santo, dedicado a rendir memoria a la institución de la Eucaristía en la Última Cena (1 Corintios 11:23) y el lavatorio de pies realizado por Jesús. Constituye la apertura del Triduo Pascual. Durante este día se oficia la “Misa Crismal” (es práctica común celebrarla por la mañana en la catedral de cada diócesis) y se conmemora, en la “Hora Santa”, la oración de Jesucristo durante su agonía en el huerto de los olivos, la traición de Judas y la posterior detención (el prendimiento).

Como se puede observar, el Jueves Santo es una jornada con relevancia litúrgica, sin embargo, no es festivo en todas la Comunidades Autónomas de nuestra geografía (por lo menos en este).

El Viernes Santo, por el contrario, sí que suele estar marcado en el calendario como festivo nacional. Es otro día de los más representativos de la Semana Santa. Comprende una profunda evocación al recuerdo de la crucifixión y muerte de Cristo.

Además de Jueves Santo y Viernes Santo, los días más señalados son el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección (día en el cual Cristo vence a la muerte). Consecuentemente, al ser ambos días domingo, no son laborables: pudiendo establecerse uno de los puentes más característicos del año. El resto de jornadas que componen la Semana Santa no suelen estar considerados como festivos.

En su conjunto, las fechas de la Semana Santa son las siguientes:

Tras la Semana Santa se celebra un período de 50 días denominado “Tiempo Pascual” (tiempo en el cual Cristo pasó con los Apóstoles después de su resurrección). Este ciclo temporal finaliza con el “Domingo de Pentecostés”: culminación solemne de la Pascua con la primera venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, conforme a la narración bíblica que puede encontrarse en el capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles. Se trata de un día en el cual la Iglesia pide la asistencia del Espíritu Santo (Veni Sancte Spiritus).

En determinadas Comunidades Autónomas, suele ser común en los últimos tiempos prolongar el período vacacional de la Semana Santa, adicionando el lunes inmediatamente posterior al Domingo de Resurrección (llamado “Lunes de Pascua”). Sin embargo, esta fecha no representa una celebración propia de Semana Santa en sí misma, sino más bien el comienzo del mencionado Tiempo Pascual (también conocido como la “Octava Pascua”).

Procesiones en Semana Santa

Las procesiones son uno de los grandes eventos de estas fechas. La Semana Santa se caracteriza por ser unos días en los que se pueden disfrutar de actos procesionales: desfiles con esculturas representativas de los hechos los cuales son objeto de recuerdo (algunas de ellas son verdaderas obras de arte).

Aunque es común en cada localidad que las hermandades o cofradías organicen procesiones durante la Semana Santa, algunas de ellas son de interés turístico internacional (reconocido por la Secretaría de Estado de Turismo), como por ejemplo las procesiones de Zamora, Cuenca, Málaga, Sevilla, León, Hellín, Lorca, Cartagena, Murcia, Medina de Rioseco, Cáceres, Mérida, Ferrol y Salamanca, sólo por nombrar unas pocas de ellas.

Representantes de la Ilustre Cofradía del Santísimo Cristo de las Penas en Molina de Segura (Murcia), durante el Desfile de Cofradías y Cabildo Superior en el acto del Pregón de Semana Santa.

Traslado del Cristo de Mena (Málaga)

Las procesiones, actos de fe en su origen, se han convertido en un reclamo cultural y turístico; un incentivo para el comercio y la economía española durante esta temporada. Han logrado convertir a la Semana Santa en un período de fiesta popular, a pesar de tratarse de un evento con gran importancia en la mayoría de las confesiones cristianas. Se trata de una semana en la que se solapan la fe, la religión, la cultura, el turismo, el arte, el ocio y el comercio. 

Desfile Bíblico Pasional en Lorca (Murcia), Viernes Santo

Nuestro Padre Jesús de la Salud (Cristo de los Gitanos), procesión sevillana

En otras palabras, las procesiones han logrado trascender del plano religioso para instalarse como parte importante de nuestra cultura. Son de tal magnitud que han conseguido incorporar a la Semana Santa española en un expediente para ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Más allá de la liturgia eclesiástica, las manifestaciones de fe se realizan en las calles. El arraigo cultural que han adquirido es una muestra de la tradición católica de nuestro país. España no se podría entender sin las procesiones de Semana Santa.

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