¿Dónde invertir? esta es la pregunta que nos podemos hacer cada mañana y responderla diferente a diario. Leemos las noticias, escuchamos rumores o meramente inducimos el futuro, y vemos que nuestro dinero debería estar en todas partes a la vez.
Ahora tenemos una nueva veta en la Bolsa: el potencial mercado de ofertas iniciales de acciones de empresas de Internet.
Tras alrededor de una década de la última caída de las “puntocom” el furor se despierta en conjunto con los fantasmas de la burbuja pasada, lo cual muestra que la historia puede repetirse o bien, poco cambian las personas ante las demandas e investigaciones surgidas tras el apogeo de estas empresas.
¿A qué vengo con todo esto? Sucede que durante este mes pasado, inversionistas de todas partes del mundo han aplaudido las salidas a Bolsa de compañías de Internet y esto llevó a que los precios se inflen nuevamente durante las primeras transacciones de esos títulos. Sólo para dar ejemplos, vimos la salida de LinkedIn Corp y de NV y Renren Inc.
La primera respuesta que asusta nuevamente es que, los papeles de Renren han caído por debajo de su precio de colocación. Pérdida para los que confiaron en ella, pero puede ser que repunte…
Por otro lado, poco falta para que el sitio web de cupones Groupon Inc salga a bolsa, dado que ya ha presentado una solicitud al regulador para una altamente esperada Oferta Pública Inicial (OPI). Asimismo, se espera salidas de Facebook y Twitter; desde hace tiempo.
A todos los que estén pensando en dónde colocar su dinero, y elijan a las OPI de las puntocom como el refugio perfecto, les recuerdo que hace doce años atrás, una estampida hacia acciones de la red de redes terminó con miles de millones de dólares en pérdidas.
Los puntos en común con lo ocurrido años atrás son abundantes, como por ejemplo, que la mayor parte del mercado de las OPI sigue igual que hace una década y muchas de las prácticas que causaron controversia están todavía vigentes. Por ejemplo, es normal que en las OPI un sindicato de bancos de inversión coloca acciones entre inversionistas institucionales y clientes minoritas. Entonces, solo algunas acciones van a corredoras que la distribuyen entre los clientes y es donde los bancos logran comisiones.
Años atrás, la disputa sobre la burbuja “puntocom” tuvo un reclamo por parte de los inversionistas por prácticas que favorecían a los colocadores. Una de esas prácticas pide a los inversionistas de una OPI comprar más acciones una vez que los papeles comienzan a cotizar. En consecuencia, se crean precios artificialmente altos que permiten vender en mejores condiciones e incrementar las comisiones de los bancos.
Como la información es escasa nuevamente, es claro que se avecina otra avalancha legal de los inversionistas si esta nueva ola de OPIs se marchita más tarde. Esto se debe a que las prácticas que parecen ser injustas pueden ser completamente legales bajo las leyes federales de valores; aunque aún hay espacio para la pelea; siempre y cuando la información no sea la real.