No existe un mecanismo único y universal para ahorrar. Esto es lo primero que siempre debemos tener en cuenta cuando nos planteamos incorporar de manera sistemática el ahorro a nuestra economía doméstica. Y no debemos hacer de este modo ya que no hay dos maneras de entender las finanzas personales iguales, cada uno debe aplicar su modelo de ahorro sus propias características. Existen, eso sí, algunos métodos que, de manera general pueden ayudarnos mucho, el pre ahorro es uno de ellos.
El pre ahorro puede ser un modelo puede ser un modelo de ahorro perfectamente aplicable a todo tipo de economías domésticas, pero, parece mucho más adecuado para aquellas que poseen un formato ajustado en cuanto a ingresos y gastos.
En este post analizamos qué cantidad es la adecuada para ahorrar
Técnicamente el ahorro debiera darse siempre como un porcentaje que derive del saldo positivo al cruzar los ingresos y los gastos. Esto es muy relativo sobre todo si tenemos en cuenta que el control de gastos es una de las acciones más complejas en la economía doméstica, por tanto, es muy probable que este saldo positivo o bien se ha reducido o incluso no exista aun así podemos aplicar el pre ahorro.
En qué consiste
Básicamente consiste en algo tan simple como no poder gastar el dinero del que no se dispone. Al final de cada mes los pequeños gastos, los gastos hormiga, suponen un coste más elevado de lo que podemos llegar a imaginar en todo tipo de economías, incluso en las de menor poder adquisitivo.
El pre ahorro tratará de limitar estos gastos de manera preventiva, es decir, vamos a reducir aún más el ingreso, y al contrario de en un modelo de ahorro normal, ahora retiraremos una parte de estos ingresos justo en el momento de recibirlos, de este modo no contaremos con ellos para el cálculo de gastos mensual.
En este artículo valoramos los pros y contras de diferentes productos de ahorro
Cómo aplicarlo
El mejor mecanismo probablemente sea asociada este ahorro a un producto que de manera automática, tras la llegada de nuestro ingreso, retire una cantidad pactada con la entidad correspondiente.
Por ejemplo, destinar 50 € a una cuenta de ahorro de manera automática (esto es algo que se puede hacer perfectamente con las entidades financieras) de forma que a la llegada de nuestro ingreso esta operación no depende de nosotros y se realiza mecánicamente.
No existe un libro de reglas en el pre ahorro, probablemente la mejor opción sería calcular un porcentaje de gastos hormiga del que podemos prescindir, y, destinar esa cantidad al pre ahorro, si no es posible o se hace difícil este cálculo. Puede ser recomendable como punto de partida destinar entre un 5% y un 10% de los ingresos brutos al pre ahorro.
¿Es la mejor solución?
Probablemente esta no es la mejor opción para ahorrar, pero sin duda este es un mecanismo que sirve para dos cosas básicas:
- En primer lugar para sistematizar el ahorro nuestro hogar y acostumbrarnos al concepto de forzar dicho ahorro siempre que sea posible, e incluso un poquito más allá.
- En segundo lugar para ir consolidando los primeros pasos de nuestra cartera de ahorro a partir de ese concepto sistemático de apartar para el ahorro una parte de sus ingresos.