22 de octubre de 1929, para algunos fue considerado el día en que se produjo la mayor catástrofe financiera de la historia. “El crack del 29”, así fue llamado. Pero ¿Cuáles fueron las repercusiones del crack del 29?, ¿Cuáles fueron sus causas y sus consecuencias?. Las repercusiones del crack del 29 fueron desastrosas.
Echemos un vistazo atrás en la historia de las finanzas para determinar cómo fue aquél acontecimiento que marcó para siempre el funcionamiento de la economía mundial. En el blog de Opcionis, contamos cómo se desarrolló el crack del 29.
Causas del crack del 29
Los economistas e historiadores se han venido esforzando por explicar la crisis de 1929. En realidad no se trata de un único factor los que propició el famoso crack del 29, sino un cúmulo de ellos:
- Estados Unidos queda consolidada como la primera potencia económica mundial tras la Primera Guerra Mundial.
- Sus fábricas producen a todo volumen, tienen que abastecer a Europa y a su propio mercado. Es un momento de crecimiento económico sin igual.
- Cuando Europa se recupera y comienza a producir, compite seriamente con Estados Unidos en los mercados de bienes. La economía americana empieza a ver como sus almacenes se llenan de productos que no logran colocar en el mercado.
- En este punto entran en juego los bancos. Tras un período de suculentas ganancias comienzan a conceder créditos casi sin control, tanto a empresas como a particulares. Comprar a crédito es la moda. La gente se endeuda.
- La Bolsa no para de subir, el ambiente económico es bueno, las empresas obtienen beneficios. La gente compra acciones de empresas sin parar. Hasta piden créditos para comprar acciones. Es una auténtica fiebre inversora.
- Al final se impone la realidad. Todo es una burbuja. La Bolsa está hinchada artificialmente con el dinero concedido a crédito. Las empresas se sostienen con el capital de ese crédito. Son todo fuegos artificiales.
Características del crack del 29: desarrollo de los acontecimientos
La actividad económica, que se basaba en la industria, cambió de bando y comenzó a cimentarse sobre una una base especulativa. Cada vez más y más, la economía depende de la especulación financiera. La economía real se encontraba en un serio peligro debido a esta causa.
Como es natural en este escenario, los ingresos de la población se resintieron. Una menor actividad económica supone menores rentas, menores rentas llevan consigo menor consumo; al final, todo esto se traduce en un descenso de los precios. El dinero se canalizaba hacia el mundo financiero y no llegaba a la economía real.
Así pues, los precios de los productos agrícolas comenzaron a descender. Es más, los almacenes estaban saturados de stock debido a las pocas ventas. Sucedió lo inevitable: las empresas comenzaron a despedir trabajadores. Mientras tanto, la especulación no cesaba.
La Bolsa seguía un rumbo; la economía real, otro. A pesar de los indicios, parecía que todo estaba bien; las acciones no cesaban de subir. Pero ¿cuanto tiempo podría aguantar el mercado de valores una falsa inercia? Únicamente se trataba de una burbuja puramente especulativa, favorecida por el crédito (el crédito es la peor droga para la economía: es un dopante).
El problema de verdad surgió cuando las autoridades monetarias comenzaron a preocuparse por la situación crediticia, con mucha razón: el crédito estaba totalmente descontrolado. En agosto de 1929 tomaron la decisión de aumentar el precio del dinero, con fines de hacer frente a este problema. Era ya tarde, las acciones estaban sobrevaloradas en un paradigma de gente sobreendeudada y con menor actividad económica.
Sin embargo, un mayor tipo de interés en los préstamos tiene como consecuencia una menor liquidez y actúa como freno. Este fue el detonante definitivo que produjo el pinchazo de la burbuja bursátil. Menores préstamos (por ser más caros) es sinónimo de menor dinero para especular, además, se debía devolver lo prestado. El problema era el cómo.
El 24 de octubre de 1929
Todo el mundo está endeudado. Los países europeos también y llega un punto en que no pueden devolver sus préstamos a Estados Unidos, son los primeros en caer.
Las empresas, a su vez, no pueden devolver los préstamos a los bancos y para colmo, en un intento de ir frenando aquella locura los tipos de interés suben por parte de la Reserva Federal.
Entonces se produce lo inevitable. De repente, el 24 de octubre de 1929, bautizado como el “jueves negro”, se produce una oleada de ventas en la Bolsa. La gente necesita el dinero para pagar los préstamos: Llega el crack.
En esa semana se perdieron 30.000 millones de dólares en Wall Street. Lo que para aquella época es una cantidad monstruosa. Este pánico se propagó como la pólvora (lo que suele suceder en estos casos, el miedo es muy contagioso) y pronto todos los sectores se vieron afectados. Se entra de lleno en una crisis económica, motivada por el crédito y la especulación financiera.
Repercusiones del crack del 29
Las consecuencias que tuvo el crack del 29 pueden resultar familiares con la situación vivida en nuestros días.
En aquella época gobernaba en Estados Unidos Herbert Hoover, republicano y defensor de la no intervención del Estado en la economía.
Sin embargo, Hoover tuvo que imponer una serie de medidas para salvar la mala situación. Sus objetivos eran controlar el déficit y priorizar la devolución de los préstamos a los bancos.
- Las empresas reducen su plantilla y congelan los salarios. Para poder pagar sus deudas.
- Los bancos dejan de prestar dinero y su principal objetivo es recuperar lo prestado. Sin crédito la economía no se mueve.
- Se reduce el gasto del Estado y se recorta en gasto social. Se reducen drásticamente las subvenciones y subsidios.
- Ni que decir tiene las repercusiones sociales de hambre y miseria que esta crisis trajo consigo. Mucha gente lo perdió todo. Otros se suicidaron. Además se creó un poblado de chabolas llamado Hooverville.
- Además de todo esto el Estado decide supervisar de cerca la economía y los mercados, se aprueban leyes que controlan los mercados financieros.
Las repercusiones del crack del 29 han marcado la forma de gestionar la economía hasta el día de hoy.