El mundo de las finanzas y más precisamente el de la renta variable y la bolsa de valores son de gran complicación para aquellos poco entendidos o empapados en el tema.
Allí se habla sobre muchos conceptos que son factibles de aplicar a la hora de invertir, desinvertir, comprar, vender, entre otras operaciones. Uno de ellos, y de gran importancia es, el apalancamiento.
El apalancamiento es la relación entre capital propio y a crédito invertido en una operación financiera. Es decir, si reducimos el capital inicial que aportamos, se aumenta la rentabilidad obtenida en este sentido.
No obstante, ¿por qué no todos nos endeudamos para invertir? La respuesta dista lejos de ser simple, pero la lógica afirma que apalancarse es recomendado por algunos gurúes financieros.
Entonces, ¿cómo funcionaría el apalancamiento? Primero que nada, hay que saber que se trata de utilizar la capacidad de crédito o de endeudamiento para financiar inversiones, y lograr hacer una diferencia. Con un ejemplo esto se simplificaría:
- Tomamos prestados 10.000 euros
- Tasa: 3% anual
- Invertimos los 10.000 euros
- Tasa: 4,5% anual
De esta maneara, logramos una diferencia del 1,5%.
Ahora que veo esto digo: ¿Qué estoy haciendo trabajando si puedo sacar créditos y ganar dinero fácil? En el mundo real, esto no es así, y tampoco es tan bueno apalancarse.
¿Cuáles son los problemas del apalancamiento?
Como primer punto, si uno se apalanca comienza a correr riesgos y esto lleva a un empeoramiento de su situación financiera. Esto va de la mano con que es casi imposible conseguir un instrumento de renta fija que nos de mayor rentabilidad que el costo que pagamos por un préstamo, sino todos haríamos la jugada del ejemplo y seríamos adinerados…
Se sabe que a la hora de apalancarse estaremos invirtiendo en renta variable o productos cotizados, es decir que, las rentabilidades no son fijas y nuestro dinero estará en productos que pueden bajar de valor y por el contrario, nuestra deuda no disminuye de valor con el tiempo sino que permanece estable.
Adicionalmente a las pálidas que ya mostré, si uno toma la iniciativa de apalancarse debe mirar al fisco con recelo. Todas las ganancias del capital están gravadas al 19% por el IRPF, y peor aún, 21% si es superior a 6.000 euros.
Es decir que, a cualquier rendimiento que podamos esperar de nuestras acciones o instrumentos de renta variable, debemos restarle el 19% de retención del IRPF.
Entonces, ¿no debemos apalancarnos nunca?
Mi consejo es que tratemos de no hacerlo sin tomar ciertas precauciones. Entonces, sí podremos usar el apalancamiento como para la amortización de una vivienda mediante el pago de la hipoteca. O bien, si queremos utilizar las ventajas fiscales de algún plan de pensiones.
Finalmente, si bien podremos apurar ciertas inversiones que nunca podríamos lograr con nuestros ahorros en el día actual, a veces el conservador que uno lleva adentro puede sernos útil para evitar problemas financieros futuros. Sin embargo, siempre lo voy a decir, todo depende de la edad y la aversión al riesgo de cada uno… ¿conoce su perfil de riesgo?