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Qué es la estimación directa simplificada y la estimación directa normal

El régimen o modalidad de tributación del IRPF que escojamos nos afectará en los resultados de nuestra actividad como  trabajadores autónomos. Dejando a un lado la estimación objetiva o “módulos”, bien porque tu actividad no te permita acogerte a este régimen o bien porque prefieres estar en estimación directa, debes saber que existe una modalidad simplificada en la estimación directa. Pero ¿qué es la estimación directa simplificada y la estimación directa normal? Hoy, en Opcionis, lo ponemos en tu conocimiento.

Qué es la estimación directa simplificada

La estimación directa simplificada es un régimen de tributación del IRPF. Cómo su propio nombre indica, se trata de un cálculo simplificado. Muchos trabajadores autónomos (las empresas no tributan en el IRPF y por tanto no es de aplicación este régimen) tributan de este modo, el cual parte de los beneficios netos que se obtengan por la actividad desarrollada.

Se aplica a una serie de actividades económicas (aquellas que no sean susceptibles de tributar bajo la modalidad de estimación objetiva o módulos) y cuándo la cifra de negocios durante el ejercicio económico inmediatamente anterior no supere los 600.000 euros. A no ser que se renuncie expresamente a su aplicación.

Cabe la pena resaltar que si se ejerce otro tipo de actividad en la que fuese aplicable el régimen de estimación directa normal, no podrán tributar de esta manera. Durante el primer año de actividad de un trabajador autónomo se le aplicará también esta modalidad por defecto (no existe facturación previa y por tanto no es posible superar la cifra de 60.000 euros). No obstante, también se puede renunciar expresamente.

La particularidad de esta modalidad de tributación en el IRPF es el modo de calcular las amortizaciones y otras ciertas partidas (así como la sencillez en su declaración). Por lo demás, se tiene una tributación igual a la que se aplica en el Impuesto de Sociedades. Es decir, se tiene en cuenta el beneficio neto de la actividad; ingresos menos gastos (deducibles) y se realizarán pagos trimestrales de un 20% de dicho beneficio neto (a través del modelo 130). Si la actividad es agraria o pesquera, se pagará un 2% de los ingresos trimestrales, menos las retenciones que se hayan podido dar durante el trimestre.

Las amortizaciones, en este caso, se practican de forma lineal y se aplica una tabla de amortizaciones simplificada. Además se aplican las reglas de amortización acelerada, establecidas para las empresas de reducida dimensión. En esta modalidad de tributación se permite que el trabajador autónomo se deduzca un 5% del rendimiento neto en concepto de “provisiones y gastos de difícil justificación”.

Las declaraciones y liquidaciones trimestrales se completan con la correspondiente declaración anual del IRPF. Esta declaración se presenta a través del modelo D-100 durante la campaña de la renta (que suele comenzar en mayo y terminar a finales de junio).

Ventajas de la estimación directa simplificada

La diferencia y principal ventaja de la estimación directa es que el trabajador autónomo pagará en función de su beneficio neto, ni más ni menos. Cuánto mayor sea tu beneficio, más IRPF debes pagar. Por otra parte, si los beneficios han sido negativos, podrás compensar las pérdidas. Si el negocio no va bien y facturas menos, el IRPF que deberás pagar estará también en proporción. Pero, concretamente, las ventajas de la estimación directa simplificada son que esta modalidad de tributación permite el mantenimiento de una contabilidad más sencilla que el régimen de estimación directa normal y las obligaciones formales para con Hacienda también son más sencillas.

La posibilidad de aplicar una deducción de un 5% en concepto de “provisiones y gastos de difícil justificación” también supone una ventaja.

Qué es la estimación directa normal

El régimen de estimación directa normal es el tipo de tributación del IRPF en el cual deben tributar todos los trabajadores autónomos que hayan renunciado al régimen simplificado (visto anteriormente) o la estimación objetiva (módulos). Existen ciertas actividades económicas y profesionales en las cuales no está permitido tributar por módulos, de modo que, si realizas alguna de estas actividades y superas los 60.000 euros de facturación durante el ejercicio económico previo, forzosamente debes tributar en el régimen de estimación directa normal.

En otras palabras, esta modalidad está abierta para todo aquel que desee acogerse a ella. Renunciando a otro tipo de régimen al que tuviera derecho expresamente.

La modalidad de cálculo la hemos explicado anteriormente: Se parte del beneficio neto y se liquida un 20% trimestralmente, completando con la consiguiente declaración anual de IRPF. La única diferencia es que es un régimen más completo. Las amortizaciones se pueden practicar de otro modo que no sea la amortización lineal.

Hay un aspecto que debemos reseñar llegados a este punto: Todos los autónomos que tributen en el régimen de estimación directa (normal o simplificada) del IRPF a partir del 1 de enero pueden disfrutar de una reducción del 20% en el rendimiento neto (la base impositiva), durante dos períodos. Siempre y cuando se trate del inicio de su actividad económica (o segunda actividad paralela a la que venían desarrollando). Esta reducción no superará los 100.000 euros anuales.

Ventajas de la estimación directa normal

Por una parte, existen más obligaciones formales en el régimen de estimación directa normal que en el régimen de estimación directa simplificada. Pero, también se trata de un régimen en el cual puedes manejar las amortizaciones y otras partidas conforme mejor te pueda convenir; no forzosamente aplicando amortizaciones lineales.

Si por ejemplo estás acogido al régimen de estimación directa simplificada, está claro que te deducirás el 5% en concepto de “provisiones y gastos de difícil justificación”. Sin embargo, no podrás realizar deducciones por las provisiones que puedas realizar a efectos de morosidad.

¿Y cuándo me interesa más deducirme las provisiones por morosidad? Por supuesto, cuando tu negocio tenga riesgo de tener un índice de morosidad elevado. Dependiendo de la actividad que trates, el sector e incluso tus propias políticas de cobro y créditos a clientes será más o menos probable que seas víctima de la morosidad. Con lo cual es cuestión de hacer cálculos para dilucidar si te conviene estar acogido al régimen de estimación directa normal.

En síntesis, las ventajas principalmente provienen de estos dos conceptos: amortizaciones y provisiones. En función de cómo los manejes puede ser más interesante tributar en estimación directa normal. Pero ten presente que las obligaciones contables y formalidades fiscales son más complejas.

Quién puede tributar en la Estimación Directa Normal

Aquellos autónomos que realicen actividades empresariales o profesionales y que tengan una facturación anual de más de 600.000 euros en el inmediato ejercicio económico anterior tienen la obligación de tributar en el régimen de estimación directa normal. Si tienen una facturación por debajo de esta cifra podrán escoger el régimen de IRPF.

Si el trabajador autónomo renuncia expresamente al régimen simplificado, aun cumpliendo los requisitos para su admisión al mismo, pasa a tributar en la estimación directa normal automáticamente.

Cómo calculo el rendimiento de la actividad

Es el modo más sencillo, tan sólo se trata de restar los ingresos a los gastos. Es el mismo cálculo aplicado en el impuesto de sociedades. Por consiguiente, el cálculo del rendimiento es:

Por ingresos entendemos toda la venta de productos y servicios, a lo que se sumarán las subvenciones e indemnizaciones; así como otros ingresos computables. En cuanto a los gastos, se entienden como tales aquellos que son deducibles en el IRPF.

Cómo se calcula la cuantía del pago fraccionado

La cuantía del pago fraccionado del IRPF es del 20% del rendimiento neto obtenido (en el apartado anterior hemos tratado lo relativo a su cálculo) desde el primer día del año hasta el fin del último trimestre. A esta cifra se le restan los rentan los pagos pagos fraccionados de trimestres anteriores y las retenciones soportadas a lo largo del año. La declaración debe presentarse aun cuando el resultado de esta operación sea cero o arroje cifras negativas.

Cuando el trabajador se dedique a las actividades agrarias y pesqueras, será el pago fraccionado será del 2% de los ingresos trimestrales menos las retenciones que puedan producirse en el trimestre.

Reducción del 20% en los rendimientos netos del IRPF

Aquellos trabajadores autónomos que hayan cursado su alta posteriormente al 1 de enero podrán tener una reducción del 20% en el rendimiento neto, durante dos períodos impositivos.

Se entiende que podrán disfrutar de esta reducción aquellos que tributen en el Régimen de Estimación Directa Normal.

Cómo se lleva la contabilidad en la Estimación Directa Normal del IRPF

La llevanza de la contabilidad en el Régimen de Estimación Directa Normal es la que se ajusta al Código de Comercio. Es decir, se lleva un libro Diario, de inventarios y Cuentas anuales. Los libros deben estar legalizados en el Registro Mercantil.

Los empresarios autónomos que no tienen carácter de mercantil deben llevar:

Los profesionales autónomos:

Cómo se cambia de régimen o modalidad de estimación en IRPF

Los contribuyentes que cumplan los requisitos para poder pasar a la estimación directa podrán cambiar de modalidad presentando el modelo 036 o 037 de declaración censal. Siempre se puede realizar el cambio de estimación en el mes de diciembre anterior al año natural en que deba surtir efecto.

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