Es más que probable que en algún momento hayas escuchado hablar del leasing, y, también que lo asocies a operaciones de arrendamiento de vehículos fundamentalmente. Vamos a tratar de explicar un poco más qué es el leasing y cómo funciona.
Debemos partir de la base de encontrarnos frente a un arrendamiento financiero, es decir, a un contrato en el cual una parte accede a traspasar el derecho al uso de un bien determinado a cambio del pago de una rentas concretas durante un plazo también determinado. Al término de este plazo quien ha disfrutado del derecho de uso tendrán diversas opciones como son poder renovar el contrato, poder devolver el bien, o, adquirirlo a un precio pactado en el que intervendrá como elemento modificador el hecho de lo ya abonado, aunque esto no es un cálculo exacto.
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Cómo se utiliza el leasing
Fundamentalmente el leasing se utiliza en el mercado de automóviles. Por simplificar, estaríamos ante un modelo en el que el usuario realizaría una especie de alquiler de larga duración en el que, posteriormente, podrá tomar decisiones a la conclusión del mismo:
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Adquirir el vehículo, en esta opción se adjudica dicho vehículo o bien un valor residual que surgiría de la diferencia entre lo abonado y el coste de adquisición inicial más los gastos e intereses.
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No realizar esa opción a compra y devolver el vehículo o bien según las condiciones pactadas en el contrato de leasing.
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Renovar el contrato, generalmente incluyendo una mejora o bonificación en los costes de las cuotas posteriores.
Realmente como podemos comprobar no estamos ante una operación compleja, sin embargo, hay algunas cuestiones que debemos tener claras, por ejemplo, esa obligatoriedad en la oferta de posibilidad de adquisición del bien al término del contrato, la titularidad sobre el bien por parte del arrendador durante la vigencia de la operación aunque no incluyendo necesariamente problemas que puedan surgir en el bien (esto es muy importante ya que diferencia mucho unas ofertas de otras) así como todos los elementos de protección y control sobre el bien que generalmente van a aparecer en forma de cláusulas dentro de los contratos de arrendamiento.
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Ventajas y desventajas del leasing
Dentro de las ventajas por supuesto encontramos el hecho de la posibilidad de financiar el 100% de una operación de inversión, así como las ventajas fiscales que obtenemos cuando el valor de las cuotas de amortización se toman como gasto tributario, con lo cual el valor total del bien va a poder deducirse como gasto, a excepción, eso sí, del valor residual al final de la operación.
Gran flexibilidad y rapidez para obtener una renovación tecnológica de los equipos.contrato leasing
Otra de las grandes ventajas es la rapidez con la que este tipo de operaciones se pueden gestionar, así como la flexibilidad en la elección de los bienes, ya que el mercado del leasing hoy en día sigue ofreciendo una gran cantidad de posibilidades a este nivel.
Entre las desventajas tenemos que tener en cuenta el hecho de un mayor coste en relación, por ejemplo, a una operación de crédito para la adquisición del bien en concreto, es decir, en cualquier caso nos va a salir más cara esta operación que el hecho de la adquisición, aunque sí las ventajas anteriormente citadas. Otra desventaja teórica es el hecho de no poseer la propiedad del bien mientras se mantiene el contrato en vigor a pesar de abonar las cuotas correspondientes.
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