El primer paso para controlar nuestras finanzas personales es conocer al detalle nuestra ‘cuenta de resultados’. Se trata de saber dónde, cómo y cuándo gastamos nuestro dinero como punto de partida para después poder tomar decisiones informadas respecto a nuestros hábitos de consumo e inversiones. El problema para la mayoría de personas es que se trata de una labor demasiado tediosa y que exige una considerable dedicación, ya que estas ‘cuentas’ deberán actualizarse de forma continua para saber si progresamos de acuerdo al plan preestablecido.
Hasta hace poco era relativamente complicado hacer este seguimiento, pero la proliferación de software de contabilidad y finanzas personales ha facilitado esta labor. En muchos casos se trata de programas inicialmente pensados para pymes y autónomos pero que han sido adaptados para su uso en el hogar. La oferta actual es de lo más amplia y hay que tener en cuenta que muchos de los programas sólo se ofrecen en inglés (Estados Unidos nos lleva años de ventaja en lo que a gestión financiera del hogar se refiere). Pero antes incluso de descargar estos programas (y ya no digamos de comprarlo) hay que plantearse el tipo de gestión que queremos realizar, de forma que después podamos adaptar la aplicación a nuestras necesidades. Aunque son relativamente similares, el grado de concreción y las opciones varían en función del software, por lo que no conviene acercarse ‘a ciegas’, sino tener claro lo que buscamos.
Entre la oferta actual se puede diferenciar entre el software de escritorio y un nuevo tipo de programas que se aprovechan de las capacidades de la web 2.0 y que permiten controlar las finanzas desde internet. Estos últimos están teniendo una gran acogida en internet, como explican desde Consumer, aunque nos ocuparemos de ellos más adelante. En primer lugar prestaremos atención al software más tradicional, que simplemente consiste en descargar-comprar el programa deseado e instalarlo en el PC.
Al margen de las adaptaciones que se puedan hacer del famoso Contaplus, el MS Money de Microsoft es quizás el programa más conocido de gestión financiera. Se trata de un gestor muy completo (demasiado en algunos casos) y cuyo principal inconveniente es que requiere mucha dedicación para mantenerlo actualizado. Quienes deseen conocer más a fondo el programa siempre puede acudir al Manual de MS Money para saber de antemano cuáles son sus utilidades y el entorno de trabajo que plantea.
Otra opción que ha ido cobrando fuerza a lo largo de los años es Quicken (para muchos hoy por hoy el mejor programa de gestión financiera). En About.com ofrecen una guía sobre su manejo y una comparativa con MS Money. La mayor virtud de este programa es su usabilidad y que no hacen falta conocimientos financieros para manejarse con él. Lo mismo ocurre con Buddi, cuyas funcionalidades son limitadas pero que resulta ideal para la gestión financiera del hogar. El problema de muchas de estas alternativas es que están excesivamente orientadas al usuario anglosajón, que es quien más uso suele hacer de las mismas. Otras alternativas gratuitas se pueden encontrar en recopilaciones como las de freedownload manager, About.com (otra vez) o las de software libre de CdLibre.org.
La segunda opción es optar por manejar nuestras finanzas en internet. Programas como Expensr, Money Trackin o Mint permiten gestionar nuestro dinero de forma online y además conocer las opciones del resto de usuarios de la comunidad. En España hay alternativas como Unience, pero más enfocadas a la inversión y al mundo empresarial. Su principal inconveniente es que se trata de sistemas que requieren bastante atención para mantenerlos actualizados.