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Préstamos vs hipotecas para reformar la vivienda

La crisis económica y la brutal caída del mercado inmobiliario han llevado a muchas familias a replantearse sus opciones de vivienda a corto y medio plazo. Quienes hace poco más de un año pensaban en ahorrar para adquirir una nueva vivienda ahora ya no lo tienen tan claro. Por un lado la dirección del precio de la vivienda sigue siendo una incógnita y no se descartan mayores caídas, y por otro ya no es tan fácil acceder a financiación. Ante esta situación, cada vez son más los que optan por invertir en una buena reforma de su hogar y esperar a ver cómo evoluciona el mercado.

Pero si bien una reforma no es tan costosa como la compra de una nueva vivienda, incluso si se vende la anterior propiedad, sí que supone un fuerte desembolso que no todas las economías están en condiciones de afrontar. Una vez más hay que volver la vista a los bancos en busca de financiación. Las entidades financieras ofrecen principalmente dos formas de financiación para reformas del hogar: la primera es a través de a hipoteca y la segunda mediante un préstamo personal. Cada una presenta sus ventajas e inconvenientes que también varían en función de la situación personal de cada familia.

En principio, el préstamo hipotecario cuenta con la ventaja de ofrecer un tipo de interés mucho menor que el personal. Frente al 8-10% de media de los préstamos personales, se pueden encontrar ofertas hipotecarias para reforma a Euribor + 0,5-0,75%. El ahorro en este sentido es sustancial. Traducido a euros para un préstamo de 50.000 euros a diez años la diferencia es de 300 euros al mes a favor del primero, sin contar, eso sí, con el coste de los productos asociados que muchas entidades obligan a contratar al conceder una hipoteca como por ejemplo el seguro de vida y otras comisiones.

En este sentido, los préstamos personales tienden a contar con comisiones menos gravosas en lo que a apertura y cancelación anticipada se refiere. Además, una hipoteca siempre incluirá otros costes adicionales como la tasación de la vivienda. Por otra parte, los prestamos actuales incluyen bonificaciones para las reformas que mejores la eficiencia energética del hogar, otro punto a su favor. El gran inconveniente de los préstamos es que las cantidades que suelen financiar rara vez superan los 60.000 euros.

Al final, las circunstancias personales de cada ahorrador servirán en buena medida para determinar la mejor opción. Así, por ejemplo, un préstamo personal para reformas puede ser muy recomendable si hay previsión de obtener algún ingreso extra a corto plazo y que permitirá cancelar parcial o totalmente el préstamo. De esta forma se estaría logrando eliminar la desventaja asociada a unos intereses más elevados.

Sin embargo, quienes todavía no hayan terminado de pagar su hipoteca pueden encontrar más sencillo solicitar una ampliación de la misma. En este caso el papeleo seguramente será menor y además así podrán seguir beneficiándose de las deducciones fiscales por vivienda habitual.