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¿Existe un suelo y un techo en las hipotecas?

La reciente bajada del Euribor por debajo del 2% ha puesto al descubierto una cláusula que muchos hipotecados desconocían y que se conoce como ‘suelo’ de la hipoteca. Se trata del un límite al porcentaje o tipo de interés más bajo al que el cliente puede pagar por su hipoteca independientemente del comportamiento del Euribor y otros índices de referencia. Es decir, una protección que la entidad establece en caso de que este índice caiga por debajo de unos niveles mínimos que consideren aceptable.

Como explica un artículo publicado por El Mundo el suelo es una cláusula legal y negociable, por lo que en principio las hipotecas que cuentan con ella es previa aceptación del hipotecado, al que en teoría se le debería haber informado al respecto. Este suelo varía en función de cada entidad, pero suele coincidir con el Euribor más el diferencial pactado en el momento de la firma del préstamo y rara vez baja del 2,5%. Así, por ejemplo, los intereses de una hipoteca con esa cláusula de suelo nunca podrán bajar del 2,5% (en caso de que este sea el diferencial pactado) aunque la suma del Euribor más el diferencial sea menor, algo que puede empezar a ocurrir de aquí a unos pocos meses).

Generalmente esta cláusula de suelo o límite a la variación del tipo de interés lleva aparejado un techo, que es el interés máximo que el banco puedo cobrar por el crédito, independientemente de las condiciones del mercado. Es una forma de contrarrestar el efecto de este suelo, pero el problema suele ser que en estos casos el porcentaje es excesivamente elevado y puede superar ampliamente el 10%.