¿Dónde invertir nuestro dinero? En diferentes ocasiones hemos hablado de la necesidad de diversificar nuestro capital y no destinarlo a un único activo financiero. Sin embargo, siempre queda la duda sobre cual el área que ofrece mayor rentabilidad, especialmente cuando se trata de invertir a largo plazo. En este caso suele darse por sentado que la bolsa ofrece el mejor resultado y un reciente estudio de Bolsas y Mercados confirma esta parte de la sabiduría popular, por lo menos cuando se comparara con la renta fija.
Un estudio de Bolsas y Mercados ha desvelado que la rentabilidad de la inversión en acciones supera en 4,78 puntos de rentabilidad anual acumulativa a la inversión en renta fija. Si ponemos número a este prima de riesgo nos encontramos que de haber invertido 100 euros en el índice Total de la Bolsa española en 1980, en junio tendríamos 9.254 euros, lo que supone un beneficio del 16% anual. A esto debemos añadir cinco puntos anuales en caso de haber reinvertido los dividendos y otras retribuciones asociadas. En ese mismo período una inversión de 100 euros en el IGBM (no incluye dividendos) ha pasado a valer 2.539 euros (+10,7% anual).
Por su parte, un bono de deuda a 10 años valorado en 100 euros se habría convertido en 2,576 euros, lo que supone un rendimiento anual de 11,2%. Se trata de unas ganancias interesantes pero bastante por debajo de las ofrecidas por la bolsa.
El estudio también nos dice que en periodos de inversión superiores a 10 años la prima de riesgo entre bolsa y deuda se mantiene entre los 4 y los 6 puntos.
“El objetivo del estudio es aportar argumentos en tres aspectos: la confirmación del rendimiento positivo de la inversión en Bolsa y deuda a largo plazo; la favorable protección contra la inflación que este comportamiento supone; y, por último, la medición histórica de la prima de riesgo en el mercado bursátil español, un concepto que mide la diferencia a largo plazo entre el rendimiento de la inversión en Bolsa y el obtenido en un activo conectado a una aproximación del tipo de interés sin riesgo”, ha afirmado Domingo García Coto, Director del Servicio de Estudios de BME, en la presentación del Informe.
Los datos del estudio confirman que el transcurso del tiempo es un aliado brillante para la inversión en la clase de activos analizados, especialmente en el caso de las acciones. Además, el estudio de la inversión en Bolsa de todos los sub-períodos de más de un año y hasta 30 también es frecuentemente positivo: de los 62.300 períodos de inversión analizados, sólo en un 4,6% de los casos el resultado fue negativo. Es decir, en 60.000 ocasiones se hubiese obtenido un rendimiento positivo.
Pero quizás lo más importante es que este rendimiento es que como el propio estudio apunta “la Bolsa es siempre rentable en términos corrientes cuando se mantiene la inversión en una cartera diversificada como el índice más de seis años”. Es decir, si sólo nos limitamos a invertir en algunos valores al azar el resultado puede ser otro muy diferente y, sobre todo, mucho menos beneficioso. Y es que aquí reside uno de los ‘trucos’ de todos estos estudios, que generalmente suelen tomar índices completos como referencia.
Si estudiamos la evolución histórica de las grandes bolsas, veremos como siempre suben, lo cual no quiere decir que todos los valores suban -nada más lejos de la realidad- sino que el índice en su conjunto sube. Esto también se debe a que el propio índice suele estar diversificado, ya que cuenta con empresas de varios sectores. Cada vez más gurús financieros en Estados Unidos apuestan por carteras que se limitan a replicar los grandes índices de referencia como método de ahorro e inversión a largo plazo.
Esto es precisamente lo que expusimos en su momento al hablar de carteras de inversión para ahorradores perezosos. Contratar varios de estos fondos es una forma sencilla de gestionar nuestras inversiones en renta variable y mantener un asset allocation medianamente saludable -para que fuese completo habría, entre otras cosas, que añadir renta fija y liquidez-. En principio, siempre que invirtamos a largo plazo, podremos ‘olvidarnos’ del capital y repasar cada 8-12 meses como marcha y si la distribución de activos es la correcta -con el paso del tiempo unos índices lo harán mejor que otro y modificarán nuestro assett allocation-.
Aprender a diversificar nuestras inversiones es crucial y sin embargo es uno de los diez errores financieros más comunes. Solventarlo está en nuestra mano y como casi todo en el ámbito de las finanzas, sólo requiere algo de tiempo para formarse y evaluar la distribución de nuestro dinero en función del riesgo que deseemos asumir.