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Qué es una unificación de deuda y cómo funciona

La unificación de deuda puede ser una solución financiera para aquellas personas que no lleguen a fin de mes como consecuencia de la cantidad de préstamos que deben pagar. Sin embargo, no es la única opción que se tiene y puede que no sea la más viable. En el artículo de hoy del blog de Opcionis te explicamos qué es la unificación de deuda y cómo funciona.

Qué es una unificación de deuda

La unificación de deuda (o reunificación de las deudas) es una maniobra financiera al alcance de todo aquel que pretenda reducir el pago mensual (total) de las cuotas de sus préstamos y créditos. Principalmente consiste en consolidar todas las deudas e instrumentarlas en una sola, con un plazo de amortización adecuado que permita hacer frente a las cuotas mensuales de una forma cómoda.

En definitiva, se trata de agrupar todos los recibos en uno solo y hacer de este asequible en función de nuestro nivel de ingresos mensuales. Es una opción que suelen utilizar tanto los particulares como las empresas.

El motivo principal para recurrir a este tipo de solución financiera suele ser la imposibilidad de hacer frente a todos los pagos. Sin embargo, no es una de las opciones más viables económicamente hablando. Si no se maneja con cierta prudencia puede resultar ser perjudicial en el largo plazo.

El problema es que, ante una situación desesperada de necesidad financiera, no se suele pensar en el largo plazo. Esto lleva a muchas empresas y particulares a asumir un mayor coste por unificación de sus deudas.

En períodos anteriores, hasta hoy día, han proliferado empresas especializadas en este tipo de fórmulas financieras. Estas empresas son entidades de crédito (pueden ser bancarias o no) que, tras un estudio de la solvencia del deudor y (normalmente) aportando algún tipo de garantía extraordinaria, conceden financiación para cancelar las deudas existentes. La consecuencia es la extinción de las deudas anteriores y la apertura de un nuevo contrato de préstamo. El cual tiene unas condiciones financieras diferentes:

Otro asunto son las comisiones que cobran este tipo de entidades por formalizar una operación de estas características. Comúnmente este tipo de préstamos suelen llevar aparejada una garantía hipotecaria. Por lo tanto, en un principio, el coste de financiación debería ir en acorde al mercado de crédito hipotecario.

Por otro lado, también es posible instrumentar este tipo de deudas sin necesidad de garantía de ninguna índole. En este supuesto el tipo de interés a pagar será mucho mayor, debido a que el prestamista asume más riesgo. Sin contar con que el importe del préstamo será más limitado y el plazo de amortización puede que no sea todo lo amplio que se necesite.

Ante un posible impago de los recibos, el deudor tiene a su alcance otras soluciones al margen de la unificación de deuda. Como por ejemplo la renegociación de cada una de las operaciones de un modo individual. Solicitar concesiones en los plazos e incluso un período de carencia (período en el cual tan sólo se pagan los intereses del préstamo).

También es posible instrumentar en un sólo contrato de préstamo una fracción de todas las deudas pendientes, no su totalidad. De este modo el deudor puede unificar las deudas que les sean más gravosas.

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¿Cuándo no interesa una unificación de la deuda?

Si el deudor tiene cerca el plazo de vencimiento de las deudas, no interesa reunificarlas. Esto se debe a que el plazo se amplía y, como suele ser común, los préstamos siguen el sistema de amortización francés. Este sistema divide el préstamo en cuotas mensuales fijas. En cada cuota mensual se paga una cantidad de intereses y otra de devolución del capital prestado.

En los momentos iniciales del préstamo se paga una mayor cantidad en concepto de intereses. Este hecho es así porque según el Código Civil se deben devolver los intereses con preferencia sobre el principal (importe prestado). Así pues, a medida que va pasando el tiempo el importe de la cuota destinado a intereses disminuye y aumenta la devolución del principal.

En los momentos finales del préstamo, la cantidad de intereses a pagar es muy poca y casi todo el dinero de la cuota mensual va destinada a pagar el principal. Por lo tanto, si ampliamos el plazo en esta situación, deberemos hacer frente a nuevos intereses cuando lo que verdaderamente ya los hemos pagado con anterioridad. Es preferible amortizar la deuda y conseguir la financiación necesaria por otras fórmulas en estas situaciones.

Cómo funciona una unificación de deuda

La unificación de deuda suele realizarse a través de empresas mediadoras. Empresas financieras especializadas en este tipo de operaciones. Pero esto no significa que no se pueda plantear la opción a cualquier entidad bancaria o de crédito.

Lo primero que deberemos realizar es la solicitud y aportar toda la documentación necesaria sobre las deudas que pretendemos cubrir mediante la unificación de deuda. Tras este paso comenzará un proceso de estudio sobre la solvencia del solicitante. Si se dispone de algún tipo de garantía, especialmente un inmueble debido a que sería un préstamo hipotecario con mejores condiciones, obtendremos el aprobado más fácil y con mejores condiciones.

Las empresas mediadoras no siempre amortizarán las deudas que tengamos pendientes. Eso sí, asumirán la posición del deudor (una subrogación del préstamo). Nosotros tan sólo tendremos una única obligación crediticia: su préstamo. Si no pagan las deudas y las cancelan, ellos son los responsables de pagarla. Suelen negociar con cada prestamista para valorar si conviene una opción u otra, dependiendo del préstamo, su situación, sus intereses y demás condiciones.

Otro asunto a tener presente son las comisiones y gastos que se debe asumir por formalizar la operación financiera que nos permita la unificación de la deuda.