El objetivo mínimo para cualquier inversor a medio largo plazo es que su dinero logre, por lo menos igualar la inflación. De esta forma por lo menos habrá conseguido que su capital no pierda valor con el paso del tiempo. Sin embargo, algo que a priori parece relativamente sencillo no lo es tanto, sobre todo tras las subidas de IPC registradas en los últimos meses a las que hay que sumar nuevas alzas que dejarían la inflación para final de año en torno a un 3,5% según los expertos.
Pero este no es el único mal al que deben enfrentarse los pequeños ahorristas. Junto con el efecto del IPC también deben descontar del beneficio porcentual que que consigan el 18% que tendrán que pagar a Hacienda. De esta forma, 2008 se está destapando como un año complicado para sacar rentabilidades elevadas sin asumir riesgo, ya que la Bolsa puede ofrecer estos beneficios pero con un alto factor de riesgo, sobre todo con la coyuntura actual. El papel de refugio de la renta fija y productos más tradicionales como depósitos está así en entredicho.
Sin embargo no todo son malas noticias, ya que la tozudez del Banco Central Europeo en mantener los tipos de interés en el 4% y la posibilidad de que los suba antes verano han llevado a muchos bancos y cajas de ahorro a subir los tipos de interés de sus depósitos. Es lo que tiene la guerra por hacerse con el dinero de los inversores más conservadores.
De hecho, se puede decir que la avalancha de cambios ha sido generalizada. Entre los que han modificado sus depósitos o han lanzado nuevos depósitos para adaptarse a los cambios del mercado se encuentra Banco Sabadell, Bankinter, Barclays, banco pastos, Caixa Galicia, Uno-e y Caja Duero, entre otros.
Los cambios varían en función de la entidad y del plazo del depósito, aunque según Expansión el aumento puede alcanzar el 25% y el 66,6% en los casos más notables. Así, para los productos a nueve meses el 5,25% parece haberse convertido en el tipo de interés ‘oficial’, ya que es el más extendido entre bancos y cajas de ahorro. Además, quienes todavía no ofrecen esas condiciones están reformando su oferta rápidamente.
La gran pega es que muchos de estos ‘superdepósitos’ a largo plazo son sólo para nuevos clientes, una moda importada del sector de la telefonía móvil que comienza a calar también en el ámbito financiero.
En cualquier caso, para quienes deseen ir más allá del simple TAE que ofrecen los bancos como información deben tener en cuenta que este dato responde a la rentabilidad anual del depósito. Es decir, lo que se ganaría por mantener el dinero todo un año, algo que no siempre es útil para los depósitos a corto-medio plazo. Por eso, lo mejor para saber qué rentabilidad obtendremos por nuestra inversión cada mes es dividir el TAE entre los 12 meses del año.