El mundo financiero e hipotecario ha cambiado radicalmente en los últimos años y no tanto por la expansión y posterior contracción del crédito sino por la mayor capacidad de elección de los usuarios. Contratar una hipoteca sigue siendo como casarse con el banco, pero hoy en día los divorcios ya están a la orden del día. Cada vez más ahorradores optan por cambiar de banco y llevar su hipoteca a otra entidad que les ofrezca mejores condiciones.
El proceso de subrogación hipotecaria es en realidad bastante sencillo: primero se consigue una oferta vinculante de otra entidad que mejore las condiciones del préstamo, después se presenta esta propuesta al banco donde se tiene la hipoteca y este dispone quince días para igualar la oferta y retener al cliente -lo que se conoce como el derecho a enervar– o por el contrario dejarlo ir y que cambie de banco su hipoteca.
El mayor problema se encuentra en el paso inicial. Conseguir una oferta vinculante por parte de otra entidad no es sencillo y sobre todo requiere mucho esfuerzo. No es que los bancos hayan cerrado el grifo hipotecario. De hecho, están interesados en prestar -en el fondo este es su principal negocio-, pero sólo quieren las hipotecas de mayor calidad, de clientes que han demostrado ser buenos pagador y esto sólo se consigue robándolos de otro banco. Es decir, promoviendo la subrogación hipotecaria. Pero si esto es así ¿Por qué resulta tan costoso lograr esa oferta vinculante? La respuesta se encuentra en el propio sistema bancario español.
España es uno de los países con mayor índice de sucursales por habitante y todos los beneficios que tiene esto a la hora de encontrar un cajero automático se convierten en perjuicios en otros ámbitos. El motivo es que como ya hemos explicado en varias ocasiones, cada sucursal suele tener sus propios objetivos comerciales y esto puede hacer que quiera o no arriesgarse con una hipoteca. Así, diferentes sucursales de una misma entidad pueden ver de forma muy distinta una propuesta de subrrogación, ya que pese a existir unos criterios básicos estos varían enormemente. Si a esto añadimos el componente humano -y en ocasiones demasiado comercial- que impera en las oficinas de la banca española, la combinación puede ser letal para el usuario. En el peor de los casos se verá abocado a recorrer oficina tras oficina con todo lo que esto implica en cuanto a inversión de tiempo -además muchas oficinas sólo abren en horario laboral y durante jornadas laborales-.
En principio pudiera parecer que no existen fórmulas para salir de este círculo, pero recientemente ha desembarcado en España una alternativa que puede agilizar el proceso. Se trata de Weemba, donde se autodefinen como una red social financiera. Su propuesta es bastante simple y aunque en principio puede recordar a la de los préstamos entre particulares, no tiene nada que ver con ese modelo. En realidad, Weemba pone en contacto a usuarios con necesidades de financiación con entidades financieras a través de la red.
Para entender el concepto lo mejor es poner un ejemplo básico sobre su funcionamiento. Una persona interesada en conseguir un préstamo entraría en Weemba y rellenaría su perfil de usuario, donde incluiría toda la información que considere oportuna para pedir financiación: datos personales, nómina, balance financiero, declaración de la renta… y, por supuesto, para qué quiere el dinero. Ese perfil lo pueden ver las entidades financieras registradas y ponerse en contacto con él para solicitarle más información o para concretar las condiciones del préstamo. Al final, como explica Andrés Bello, su director de operaciones, “el usuario sólo tiene que ir a la sucursal para firmar el contrato”. El ahorro de tiempo y esfuerzo es espectacular.
En el caso de un subrogación, bastaría con dedicar una tarde a cargar el perfil en Weemba para estar visible para las entidades que participan en esta red. En el fondo, se trata de un sistema muy parecido al de una subasta. El usuario explica su situación, pone los datos que considere oportuno y espera a que le lleguen ofertas de las entidades. Si no recibe ninguna propuesta de subrogación siempre puede cambiar su mensaje, mejorar su perfil o ‘anunciarse’ de forma diferente.
Por el momento Weemba sólo cuenta con cinco entidades inscritas, pero ya está negociando con varias más. Puede parecer un número pequeño, pero si comparamos el tiempo que se tardaría en visitar cinco bancos o cajas y exponer al asesor de turno nuestra situación con una sola tarde dedicada a rellenar el perfil en Weemba, puede que merezca la pena probar suerte.
Para quienes pese a todo prefieran las alternativas tradicionales, aquí os dejamos una serie de enlaces a la oferta más destaca del mercado ahora mismo:
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