Prácticamente todo el mundo ha necesitado dinero rápido y sin demora en algún momento. El vencimiento de un pago o una oferta irresistible son los motivos más comunes para tener que solicitar un préstamo urgente. Sin embargo, no todas los bancos y cajas de ahorro están en disposición de poder entregar el dinero con la celeridad necesaria. En estos casos no queda más remedio que acudir a otras entidades financieras especializadas en resolver este tipo de situaciones.
Entre los ‘sospechosos habituales’ se encuentran entidades como Crediexpress, Cofidiss, Credágil, Celetem o Mediatis, por nombrar unos pocos. Muchas de estas entidades están asociadas a la gran banca española pero se han especializado en préstamos urgentes. Es decir, dinero rápido y generalmente sin demasiadas explicaciones. Las cantidades oscilan entre los 3.000 y los 20.000 euros y la forma de pago permite hacer frente a la deuda a través de cómodas mensualidades en plazos de hasta 60 meses. Sin embargo, detrás de estas condiciones ‘tan favorables’ se ‘esconden’ unas elevados comisiones e intereses.
En los casos más extremos los intereses pueden llegar a superar el 24% TAE como ocurre con Direct Cash de Cofidis (24,51% TAE) o el algunos productos de Mediatis (21,85%). Además, al estructurarse como créditos permiten reutilizar el dinero que ya se ha amortizado. Por suerte, no todos los préstamos urgentes o créditos rápidos presentan condiciones tan ‘leoninas’ y la media se establece en intereses en torno al 12% TAE.
Consejos para elegir un préstamo urgente
Al igual que al contratar cualquier otro producto financiero lo primero que todo usuario debe hacer es leer bien la letra pequeña del contrato u oferta vinculante que le presente la entidad. Esto es lo más importante, ya que ese documento deben aparecer de forma explícita y clara las comisiones, intereses, plazo de amortización, gastos y garantías del préstamo.
Aunque muchas de estas entidades de contestan a la solicitud “en la misma llamada” o en menos de 24 horas, es conveniente tomarse un tiempo para valorar la oferta y decidir. Lo primero que hay que hacer ver la capacidad de endeudamiento real, es decir, ¿podemos solicitar el préstamo o estaremos sobre endeudados?.Si la respuesta es positiva habrá que valorar las distintas propuestas ¿Cómo elegir entonces el mejor crédito rápido? La respuesta es relativamente fácil: a través del TAE, que es lo que sirve para comparar el coste real de cada préstamo.
El contrato debe contener toda la información referente al tipo de interés TAE, el importe, periodicidad y número de cuotas y el coste total del crédito, además de posibles productos asociados como un seguro de amortización, muy común actualmente. Es obligatorio (no legalmente pero sí desde un punto de vista de usuario) guardar una copia del contrato para cualquier reclamación posterior.
Otras formas de conseguir financiación
Los préstamos urgentes no son el único medio de conseguir capital en poco tiempo. Las tarjetas de crédito son otra vía para acceder a esta financiación. Los intereses que ofrecen también son altos y las cantidades mucho menores.
La mejor opción siempre será tratar de conseguir el dinero de un familiar y firmar un préstamo entre particulares. Al margen de la familia y amigos, que pueden incluso no cobrar intereses, empiezan a surgir asociaciones de inversores particulares dispuestos a prestar dinero a un tipo de interés inferior del de la mayoría de los bancos. PartiZipa.com (sólo para empresas) Zopa.com o Prosper.com se dedican a ello.
Un último recurso pasa por acudir al banco o caja ‘de toda la vida’, exponer la situación y plantear la exigencia de una rápida respuesta. Eso sí, pocas veces funciona.