Recientemente nos ha llegado el caso de una persona ahogada por las deudas y a la que los bancos han cerrado sus puertas por estar incluida en un fichero de morosos, concretamente en Asnef. Esta es una situación en la que cada vez pueden más personas, acosadas por el mal estado de economía española y la subida del paro, además de la contracción del crédito por la crisis financiera.
Afortunadamente, incluso en este tipo de situaciones es posible encontrar vías para reflotar su economía y salir adelante. Todo pasa por afinar al máximo la planificación presupuestaria e ir reduciendo las deudas poco a poco. El primer paso sería, salir del fichero de morosos. En principio, la única forma de hacerlo es eliminando las deudas, para lo que habrá que buscar opciones de financiación no convencionales. Es decir, fórmulas para conseguir dinero al margen de bancos y cajas de ahorro, así como de la mayoría de entidades financieras.
Hay que partir de la base de que en el cómputo global se terminará pagando más dinero que de la otra forma, aunque segur ante se consiga aligerar la cuota mensual de la deuda. La primera opción pasa por reunificar la deuda. Esto consiste en juntar todas las deudas bajo un mismo ‘paraguas’ que generalmente es el préstamo hipotecario. En términos generales el proceso es el siguiente: la entidad se hace cargo de la deuda, que unifica bajo un préstamo a un tipo de interés más relajado en total y además suele alargar el plazo del mismo. El resultado: la cuota mensual cae drásticamente, eso sí, a cambio de pagar hasta un 30% más durante toda la vida del préstamo ante el aumento de los intereses totales.
Para los casos de personas en las listas de morosos las reunificadoras suelen solicitar garantías adicionales como pueden ser avales o propiedades, junto con la contratación de un seguro de pago, que se hace casi obligatori. Además, con la reforma que plantea el Gobierno y la supervisión por parte de Consumo de estas compañías, será cada vez complicado encontrar financiación.
De todas formas hay otras alternativas, aunque mucho más arriesgadas o costosas a largo plazo. Teniendo en cuenta que el resto de fórmulas de préstamo como los créditos rápidos son inviables sólo queda acudir a los particulares. La inestabilidad del mercado financiero ha traído una nueva fórmula de financiación: los préstamos entre particulares. En realidad se trata de un dinero que se presta en condiciones más ventajosas que las que ofrecen los bancos y cajas. El problema volverían a ser los avales, ya que por norma las condiciones suelen ser muy estrictas. Al no dedicarse en muchos casos profesionalmente al prestamismo, este tipo de personas buscan asegurar al máximo su inversión.
En último término siempre quedarán los prestamistas profesionales. Eso sí, sólo conviene recurrir a ellos en caso de extrema necesidad. Hay que tener especial cuidado con las condiciones del préstamo y estudiar muy atentamente antes de firmar cualquier papel. Muchas veces las condiciones iniciales pueden no ser demasiado duras, pero en caso de impago o de un simple retraso saltan intereses que rozan e incluso superan la usura.
Si conseguir este dinero para salir de Asnef, RAI y otras listas de morosos es complicado, no hay que verlo como un alivio, sino como un primer paso hacia el final de las deudas. Después queda lo más duro, sobre todo en tiempos de crisis, que es economizar al máximo y tratar de adelantar el pago de esta deuda en la medida de lo posible.