Un fondo de emergencia es el termómetro de la salud financiera de una persona. Por seguir con la analogía del cuerpo humano, es la diferencia entre tener un buen sistema de defensas y o estar expuesto ante cualquier virus. Se trata de una condición ‘sine qua non’ para la estabilidad de la economía familiar pero como todo lo relacionado con el ahorro tiene un problema, resulta tremendamente aburrido.
De hecho, crear un buen fondo de emergencia o previsión sólo resulta entretenido y motivador durante las primeras etapas. Una vez contamos con ese capital tampoco hay mucho más que debamos o podamos hacer. Anteriormente ya vimos como rentabilizar nuestro fondo de emergencia sin perder liquidez y ahora desde Get Rich Slowly (uno de mis blogs estadounidenses preferidos) nos propone 11 formas de endulzar nuestro fondo y hacerlo más atractivo. Nosotros las hemos reducido a nueve:
- Tratarlo como si se tratase de un seguro privado. En el fondo, ese dinero es sólo una forma más de limitar el riesgo, así que trátalo de esa forma. Demasiadas veces nos volvemos locos buscando una rentabilidad mayor para nuestro dinero, así que por qué no buscar una cuenta remunerada que ofrezca una rentabilidad decente y plantar ahí el fondo de emergencia. No se trata de una inversión, sólo de es parte de nuestro plan de seguros.
- Acota tu definición de emergencia. El problema de contar con un fondo de previsión en el banco (y en general cualquier suma de dinero ‘respetable’) es que siempre existe la tentación de convertir cualquier gasto inesperado en una emergencia y acudir a él. Si dejamos de ‘picotear’ es posible que el plan crezca más deprisa hasta el objetivo que hallamos fijado (generalmente cubrir los gastos fijos de seis meses).
- Revisa tu prespuesto de gastos inesperados. Entonces ¿de donde saco el dinero para esos gastos inesperados que no pueden considerarse emergencias? Optimizando el presupuesto y siendo algo más previsor. Cuando surjan estos gastos inesperados, añádelos al presupuesto y trata de apañártelas. Lo bueno es que así se aprende a gastar menos y a prever determinados desembolsos que antes nos cogían por sorpresa.
- Vive por delante de tu próximo aumento de sueldo. Se trata de no caer en la trampa de la gastar más sólo porque ganas más. Una solución puede ser tomar ese incremento mensual como una oportunidad para engordar nuestro fondo de previsión, para planificar nuestra jubilación o para invertir. Siempre que no surjan nuevas exigencias que alteren tu ritmo de visa/consumo, esta es la mejor opción.
- Simplifica tu presupuesto (estrategia KISS). Redondea tu presupuesto para que se más fácil adaptarte a él. Si tus pagos mensuales son de 133,6 euros, presupuesta 135 y no te compliques con los decimales. De esta forma se facilita el cálculo y gracias al redondeo al alza ahorrarás más, este tipo de trucos funcionan muy bien con los más derrochones.
- Aplica la táctica Snowflake. Se trata del conocido método Snowball para terminar con la deuda pero aplicado a los ingresos extraordinarios y consiste en destinar cualquier ganancia extra al fondo de emergencia. Eso sí, hay que ser muy disciplinado para no saltarse la norma.
- Ahorra para ‘el golpe de gracia’. Esta técnica empieza por seleccionar un nivel mínimo para el fondo, que es el que mantendremos en todo momento y dedicar cualquier cantidad extra a hacerlo crecer. Una vez ha alcanzado un nivel suficiente (aquí es importante que nos dé algún rendimiento, por poco que sea), nos preparamos para el ‘golpe de gracia’, pagamos nuestra deuda, nos damos algún capricho y empezamos de nuevo. Esta táctica puede funcionar bien para quienes necesitan resultados ‘visibles’ en su estrategia de ahorro en lugar de pequeños avances mensuales.
- Céntrate. Convierte el fondo de emergencia en tu prioridad financiera y hazlo crecer hasta el nivel deseado. Esta táctica también puede ser útil para mentes dispersas que necesitan objetivos claros y definidos. Además, siempre es más sencillo ahorrar cuando hay un horizonte que se puede alcanzar en un plazo relativamente razonable.
- El fondo ‘de los trastos viejos’. Mata dos pájaros de un tiro y crea tu fondo de emergencia a través de la venta de los artículos que ya no utilizas. Se puede ir incluso un poco más allá: haz una lista de tus pertenecias y decide cuáles valen realmente más que tu seguridad financiera o, en su defecto, del viaje que quieres hacer. Y es que esta táctica también se puede aplicar a otras área del ahorro.
Al final cualquier táctica es buena siempre que nos permita permanecer centrados y mantener una buena disciplina en nuestra gestión financiera. Y es que ahorrar no es divertido e invertir sólo a veces, así que es mejor amenizarlo de la mejor forma que se os ocurra.