Es sabido que los depósitos no atraviesan desde luego por su mejor momento. A pesar de seguir siendo un instrumento de ahorro elegido por muchos usuarios, este producto ha caído en picado contra rentabilidad lo cual a su vez genera una cierta corriente de ofertas alternativas entre las que encontramos en modelo de depósitos combinados, que, a priori puede parecer muy buena idea pero que conviene estudiar a fondo antes de decidir su contratación.
Técnicamente cuando escuchamos referido a un producto financiero la palabra depósito asociamos de manera inmediata garantía de seguridad sobre capital aportado y, por tanto, un producto seguro, garantizado sobre el que no se asume riesgo. Esto puede ser así en el caso de los depósitos tradicionales, sin embargo, no es así desde luego en el caso de los depósitos combinados.
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Qué son los depósitos combinados
No debemos confundirlos con los depósitos estructurados donde el modelo de rentabilidad del producto se asocia por ejemplo a la evolución de una referencia pero sin poner en riesgo las aportaciones del suscriptor. En el caso del depósito combinado lo que se nos propone realmente es eso, una combinación entre un depósito y un fondo de inversión. Esta combinación viene a ofrecer una rentabilidad fija previa al paréntesis nunca superior a la media del mercado) y se nos propone una rentabilidad desconocida que va evolucionando según la propia evolución del fondo de inversión.
Estos productos suelen ofrecerse como una alternativa viable a los depósitos tradicionales, y, como reclamo, se utilizan rentabilidades proyectadas verdaderamente importantes en relación a las actuales, sin embargo, como veremos hay que tener mucha precaución con ellos.
De entrada el producto va a obligar a invertir una parte en un depósito tradicional, pero la otra como decíamos en un fondo de inversión prefijado abrir paréntesis habitualmente sobre una cesta a elegir). De entrada tenemos que asumir que estos fondos ya presentan coste de gestión que no suelen presentar los depósitos, es decir ya estamos de entrada asumiendo un gasto por la participación en el fondo. Esto es muy importante ya que una buena parte de la rentabilidad proyectada se va a perder en todo caso en este camino en el que no sólo se retribuye a la gestora del fondo, sino que está para incentivar las ventas suele proyectar un retorno en dirección a la red comercial (a su banco)
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Que hay que tener en cuenta de los depósitos combinados
Por otro lado hay que tener en cuenta que no vamos a poder salir de la posible cesta de fondos impuesta generalmente, esto significa que no vamos a poder regular el nivel de riesgo del fondo más allá de lo que se nos ofrezca como producto, es decir no tenemos generalmente la libertad de movilizar esa cantidad en diferentes fondos sino en aquellos indicados y asociados al depósito.
Al final, tanto los costes y comisiones (elevados comparativamente) como el hecho de depender de los movimientos de índices o referencias para alcanzar determinada rentabilidades, convierten a los depósitos combinados en un producto poco recomendable para el ahorrador medio que busca más solidez y garantía en sus inversiones, y por otro lado, en un producto muy lejano a esas supuestas rentabilidades por encima del 3% reales que, descontada la aplicación de comisiones y teniendo en cuenta la variabilidad de la rentabilidad de los fondos asociados pueden llegar a presentar.
No obstante, como siempre, lo interesante es leer las condiciones particulares que se nos oferta de cada producto, y por supuesto tener muy claro que sabemos lo que estamos firmando, ya que la nomenclatura puede traicionar en este caso el usuario que se deje llevar por una supuesta rentabilidad mucho más elevado de la media de los depósitos estándar.