¿Somos conscientes de las comisiones de los productos financieros que contratamos? La respuesta es NO, simple y llanamente. El ahorrador medio tiende a obviar las condiciones de las herramientas de inversión y financiación y los mejores ejemplos son lo que está ocurriendo con la famosa clausula de suelo en las hipotecas y el uso indiscriminado de la tarjeta de crédito. Pese a ser uno de los vehículos de financiación más extendidos pocos usuarios saben realmente como funcionan las tarjetas de credito.
Las tarjetas de crédito pueden ser una herramienta muy útil, pero para ello hay que conocer sus entresijos, empezando por las comisiones que cobran por cada uno de sus servicios. El Economista publica un interesante artículo acerca de las comisiones por retirada de efectivo que debería servir como ejemplo sobre los costes de utilizar de forma incorrecta la tarjeta de crédito. Y es que si algo tiene el dinero de plástico son comisiones para cada uno de los errores.
En principio cada entidad financiera puede fijar libremente las comisiones que estime oportunas, aunque deben fijar previamente los máximos y mínimos que van a cobrar. El Banco de España explica las principales comisiones que cobran las tarjetas de crédito, aunque se deja algunas sumamente importante.
Al margen de los intereses, que realmente son el mayor problema del dinero de plástico, las comisiones de las tarjetas de crédito son las siguientes:
- Comisión por emisión, renovación y mantenimiento: la posibilidad de cobro de venir recogida expresamente en el propio contrato, así como la exención de la misma si fuera el caso. Esta comisión es una cantidad fija que el cliente paga al emitirse la tarjeta y que después debe abonar cada año en el momento de la renovación del contrato. La cuantía está ligada a las prestaciones de la tarjeta y el límite de crédito que ofrezca. La emisión de una copia de la tarjeta también suele estar sujeta a una comisión, aunque menor que la principal.
- Comisión por retirada de efectivo y consultas en cajeros automáticos: las tarjetas de crédito están pensadas para operar con dinero virtual y no con efectivo. Por eso, la mayoría incluye costosas comisiones por la returada de efectivo tanto en cajeros como en ventanillas. Las condiciones de uso de las tarjetas en los cajeros automáticos vienen reguladas en la Orden 1019/2003 de 24 de abril, sobre transparencia de los precios de los servicios bancarios prestados mediante cajeros automáticos según la cual el cajero debe informar previamente de la comisión y los gastos que se va a cargar en la tarjeta.
- Comisión por transferencia de fondos: se trata de un porcentaje que la entidad se queda cuando se traspasan fondos de una tarjeta a otra. Suele ser mayor al que se aplica a las operaciones entre cuentas corrientes.
- Comisión por descubierto o excedido: es una cantidad que la entidad emisora cobra cuando el cliente hace uso del crédito de la tarjeta y después no dispone de dinero en la cuenta para hacer frente a los gastos o simplemente porque excede el límite previamente pactado. Puede ser una cantidad fija o un porcentaje sobre el dinero descubierto.
- Comisión por reclamación por impago: se trata de la cantidad que la entidad cobra simplemente por tener que reclamar el pago de saldos adeudados. A esto, claro está, hay que sumarle los intereses que genera esa deuda.
- Comisión por cancelación anticipada: algunas entidades cobran una comisión si el cliente cancela la tarjeta antes de amortizar las deudas. Esta suele ser del 3% del capital pendiente de pago.
El montante de la comisión varía en función de la red a la que pertenezca el cajero automático y sobre todo de si estamos realizando la operación en el banco que emitió la tarjeta o en otro.En el caso de las tarjetas de débito, la retirada de efectivo sólo está exenta de comisión cuando se realiza en un cajero de la entidad. Además,las comisiones por retirada de efectivo de hasta 50.000 euros en un estado miembro de la Unión Europea no podrán superar las comisiones bancarias cobradas por la entidad por disposiciones en euros realizadas en el Estado miembro en el que esté radicada.
Las consultas también están penadas con una comisión fija que varía dependiendo de la red del cajero.
En cualquier caso, es importante conocer todas estas comisiones para evitar sorpresas al utilizar la tarjeta o pensar que hemos contratado una herramienta con más prestaciones y más barata de lo que creíamos.