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IPC armonizado: qué es, para qué sirve y cómo se calcula

Hoy en Opcionis vamos a tratar un indicador económico que quizá hayas oído, pero no sabes exactamente a qué se refiere. A continuación, vamos a ver qué es IPC armonizado, para qué sirve y cómo se calcula.

Qué es el IPC armonizado y para qué sirve

Para comenzar a explicar qué es el IPC armonizado (IPCA) en principio deberemos tener claro qué es el Índice de Precios al Consumo (IPC) y para qué sirve.

El IPC es un indicador de estabilidad de precios. Expresa el crecimiento medio de los precios de los bienes de consumo. En otras palabras, mide la inflación. La inflación puede definirse como una “subida generalizada de los precios de una economía”.

Es el indicador más utilizado para este fin, aunque no es el único. Existen otros indicadores de inflación, como por ejemplo el IPRI (Índice de Precios Industriales).

El IPC toma una serie de productos de consumo, como ropa, medicinas, transportes, enseñanza, restaurantes y otros con el objetivo de medir el crecimiento que han experimentado con respecto a los anteriores. Después elabora una media ponderada para definir el crecimiento general de los precios de consumo. Expresando la cifra en porcentaje. Esta medida es tenida en cuenta para establecer si la economía está tomando un cariz inflacionario peligroso y es necesario enfriarla o, por el contrario, hay riesgo de deflación y es necesario estimularla.

Entre las medidas existentes para regular la inflación destaca la política monetaria. Los bancos centrales tienen la prerrogativa de establecer el precio (el tipo de interés) al cual prestarán dinero a los bancos mediante subastas (luego, en función de lo que paguen los bancos por financiarse, los préstamos y los depósitos que ofrecerán serán más o menos caros). Si consideran que la inflación es alta, subirán los tipos de interés para que endeudarse sea más caro, por lo tanto la actividad económica se reduce, el consumo se reduce y se frena la inflación.

No obstante, para poder comparar la inflación de varios países, es necesario establecer una medida común. En concreto, en el área de la Unión Europea, es necesario establecer comparaciones, debido a que los distintos países que integran la Comunidad se sometieron a un pacto (Tratado de Maastricht) que les obliga mantenerla bajo control y que no exceda de ciertos límites.

Para poder dar cumplimiento a estas exigencias, se creó el IPC armonizado, que no es más que una medida de IPC común. Con unas reglas iguales para todos. Pero, ¿y por qué no tomar cada IPC de cada país para realizar la comparación? Esto ya corresponde al siguiente punto de este artículo, el cálculo del IPC tiene una serie de diferencias de cálculo con respecto al IPC armonizado.

Cómo se calcula el IPC armonizado

Hemos comentado anteriormente que el IPC de cada país toma una serie de productos de consumo para su cálculo. Estos productos que podríamos llamar de uso común y que sirven de fuente para establecer los movimientos que han sufrido los precios se denomina “Cesta de la compra”. Está compuesta por artículos de las siguientes categorías (se saben las categorías, pero no los artículos pormenorizados para evitar manipulaciones):

  1. Alimentación y bebidas no alcohólicas
  2. Bebidas Alcohólicas y tabaco
  3. Vestido y calzado
  4. Vivienda
  5. Menaje
  6. Medicina
  7. Transporte
  8. Comunicaciones
  9. Ocio y cultura
  10. Enseñanza
  11. Hoteles, cafés y restaurantes
  12. Otros

Hasta aquí estamos de acuerdo, las categorías de artículos son las mismas para un ciudadano de España que otro de Bélgica o Francia. Este hecho no hace cambiar el IPC nacional con el IPC armonizado. El problema se plantea en que el gasto de consumo que se toma como base para calcular el IPC nacional tan sólo tiene en cuenta a los ciudadanos residentes, mientras que para calcular el IPC armonizado se tienen en cuenta el gasto que han realizado todos los hogares dentro del territorio, ya sean residentes o no. Esta sería la primera diferencia en el cálculo.

Pero aquí no acaba todo. ¿Pensáis que todas las categorías de artículos tienen el mismo peso en el cálculo? Es decir, ¿que una subida de un 2% en menaje será igual de importante que una subida igual en transportes, por ejemplo? En absoluto, existen categorías de artículos que se consideran más importantes, puesto que tienen una mayor incidencia en la economía. Así pues, para calcular el IPC, tanto el nacional como el IPC armonizado, se establecen ponderaciones.

Ponderar es establecer más peso a unas categorías que a otras para el calculo de la media. Si la media no estuviese ponderada, se tomarían las cifras de las 12 categorías y se dividirían entre 12. De este modo obtendríamos una media aritmética simple. Sin embargo, por los motivos descritos, esto no es así. Se asigna un porcentaje determinado cada una de las categorías en el cálculo de la media. Aquellas con un mayor porcentaje tendrán más representación (puesto que las cifras que nos ofrecen se someten a dicho porcentaje).

En síntesis, a cada una de las categorías se les asigna un porcentaje de ponderación. Pero ¿quién decide ese porcentaje?

Las ponderaciones las asigna el organismo oficial encargado para el cálculo del IPC (en España se corresponde con el Instituto Nacional de Estadística – INE), basándose en la incidencia que tiene cada una de las categorías en la economía (el organismo tiene unos criterios para establecer el porcentaje de ponderación). Como se puede deducir, no todos los organismos nacionales de cálculo del IPC asignan la misma ponderación (porque no todas las categorías tienen la misma incidencia para su economía o varían los criterios, en España esta información nace de la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares – ECPF). Por lo tanto se necesita una ponderación homogénea (la misma para todos los estados miembros.

Es aquí donde entra en juego EUROSTAT, la agencia de estadística de la Unión Europea, establece una ponderación a aplicar por todos los países miembros para calcular el IPC armonizado.

La ponderación para calcular el IPCA para el año es la siguiente:

  1. Alimentación y bebidas no alcohólicas: 19,42%
  2. Bebidas Alcohólicas y tabaco: 2,98%
  3. Vestido y calzado: 6,66%
  4. Vivienda: 13,38%
  5. Menaje: 5,85%
  6. Medicina: 3,95%
  7. Transporte: 14,74%
  8. Comunicaciones: 3,64%
  9. Ocio y cultura: 8,60%
  10. Enseñanza: 1,67%
  11. Hoteles, cafés y restaurantes: 12,34%
  12. Otros: 6,78%

La estructura de las ponderaciones y los criterios para modificar tanto las categorías como los productos que integran cada una se revisan anualmente.