A la hora de invertir, podemos imaginarnos diferentes formas de colocar nuestro dinero para obtener una rentabilidad. Algunas formas son conservadoras, por las que obtendremos una tasa fija, aunque algo retraída en comparación con la renta variable, dado que estas inversiones albergan menor riesgo, volatilidad y mejor liquidez. Ahí está el punto en cuestión.
Ahora vayamos a una inversión en renta variable, o mejor dicho, acciones de bolsa, lógicamente también tendremos liquidez inmediata pero con mayores riesgos. Hasta aquí vamos bien. La idea es, a continuación, imaginar tener una posición patrimonial relativamente sólida, con activos por ejemplo iguales al medio millón de euros, y deudas por 150.000. De esta manera, nuestro patrimonio sería simplemente de 350.000 de euros.
Acto seguido, tomemos conciencia que ese patrimonio, el del medio millón de euros es únicamente el valor nuestra casa y a una inversión que está en un pagaré a un año, pero los 150.000 de deuda corresponden a un saldo que vence en pocos días por una transacción comercial. ¿Estamos perdidos? Cualquier persona que lee el ejemplo, diría que sí… Yo nunca estaría seguro de dar un partido por perdido, dado que existen múltiples opciones de refinanciación y adelantos.
Antes de seguir con el artículo, quiero hacer un alto y definir, tal como indica Wikipedia, el concepto de liquidez: “la liquidez representa la cualidad de los activos para ser convertidos en dinero efectivo de forma inmediata sin pérdida significativa de su valor“. Asimismo, añade que para ser líquido un activo tiene que cumplir con los siguientes requisitos a la hora de ser vendido:
- Venta Rápida
- Con mínima pérdida de valor
- Venta en cualquier momento
No obstante, cuando ocurren casos como el ejemplo que he dado, y no son pocos, se entra en lo que se conoce como una crisis de liquidez. Claramente no podremos a hacer frente a esa deuda exigible prontamente, dado que no contamos con la disponibilidad de nuestros activos para sufragarla.
Seguido de esto, comenzarían los problemas simples del crédito como que se congele nuestra línea crediticia, o bien, algo peor, que nos soliciten la quiebra o concurso de acreedores.
¿Es importante tener liquidez? Claro que sí, siempre se debe contar con un respaldo, sino imaginemos que en algún momento debemos hacer frente a situaciones de emergencia, ¿con qué dinero pagaríamos? Por más alto que sea nuestro patrimonio, no podremos enfrentar con éxito situaciones de emergencia.
Otra cuestión, saliendo de lo que es emergencias, es aprovechar oportunidades de inversión. Existen momentos clave para depositar nuestro dinero en algún negocio, empresa o inversión que puede pasarnos por delante de nuestros ojos sin que podamos atraparla al no contar con liquidez.
¿Cuál es el consejo? Pues bien, tratemos de ahorrar un poco cada mes, armémonos un colchón de dinero suficiente para casos imprevistos, y disfrutemos de hacer lo que queramos con el resto.