El camino hacia una correcta gestión de nuestras finanzas personales está plagado de trampas y de hecho, no es raro aprender por medio de la estrategia de ensayo error. Sin embargo, siempre viene bien que alguien nos cuente cuáles son los fallos más comunes para estar prevenidos o simplemente saber si estamos cometiendo alguno de ellos -suele ser lo habitual-.
Desde Estados Unidos nos llega un interesante listado de los diez errores financieros que debemos evitar, publicado por The New York Times pero obra de Jerry Miccolis, co autor del libre “Asset Allocation for Dummies”. Lo mejor de esta propuesta es que no está tan enfocado a personas que se plantean invertir, sino a quienes ya lo están haciendo -independientemente del nivel de conocimientos- pero que sin darse cuenta cometen fallos que pueden afectar a sus resultados.
Las diez propuestas de Miccolis son las siguientes:
- Subestimar la importancia del Asset Allocation:una correcta distribución de los activos financieros es en realidad la base de todo sistema de inversión, pero también es algo que requiere bastante tiempo. Al final, casi siempre resulta más sencillo invertir de forma menos disciplinada según las acciones o activos que más nos llamen la atención y pensar que así ya estamos haciendo una buena distribución. Gran error, ya si bien sí diversificamos riesgo, la asset allocation es mucho más que eso.
- Confundir asset allocation con diversificación: en un artículo anteriorhablamos del la distribución de activos como sinómimo de diversificación porque en realidad, el asset allocation nos lleva a diversificar riesgos. Sin embargo, va mucho más allá de la simple diversificación, ya que implica además elegir tipos de activos y dentro de los mismos clase o subclases, ´sí como sectores y subsectores, además de decidir después la proporción de la cartera que destinaremos a los mismos. Es decir, cómo se configurará nuestra estrategia de inversión, no sólo contar con varios activos para tener menos riesgos. Así, por ejemplo, una cartera que sólo tiene acciones no cuenta con un buen asset allocation por más diversificada que esté.
- No redistribuir de forma regular: una vez hemos estructurado nuestra cartera será necesario revisar su composición de forma regular. No sólo se trata de ver qué activos marchan mejor y cuáles debemos vender, sino de hacer un balance global de nuestras posiciones. Con el paso del tiempo unas inversiones funcionarán mejor que otras y la situación global también cambiará, por lo que nuestro asset allocation debe también hacerlo. Si por ejemplo habíamos invertido un 50% en renta fija, un 40% en renta variable y un 10 en divisas, deberemos ver si con el paso del tiempo esa proporción se mantiene (igual la renta fija ha funcionado bien y el el 60% de la cartera) e incluso si es la adecuada para ese momento.
- Dar preferencia al corto plazo frente al largo plazo: este es el error más común y también el primero a evitar. Para la mayoría de ahorradores, la inversión es a largo plazo y por lo tanto así debemos tomarla. Enfocarse demasiado en el corto plazo puede hacer que seamos demasiado tolerantes al riesgo. Esto mismo puede aplicarse a los sistemas de ahorro.
- Dejarnos llevar por las emociones: el gran error de todos los inversores, incluídos los profesionales, es que en un momento u otro dejan que las emociones se impongan a su sistema de inversión. Esto tiene mucho que ver con el punto anterior, sobre todo en un entorno tan volátil como el actual. Si nuestra inversión es a largo plazo, no debemos dejarnos llevar por el pánico de pérdidas puntuales -aunque esto no implica que no debamos tomar decisiones en un momento determinado-.
- Sobrecarga de información:en realidad el autor lo denomina hacerse adicto a los medios de comunicación financieros. Estar pendiente 24 horas al día del estado de nuestra inversión suele ser demasiado estresante para la mayoría y sólo sirve para incrementar las posibilidades de que nos dejemos llevar por nuestras emociones y actuemos a corto plazo. Siempre hay que estar informados, pero teniendo claro que lo importante es nuestro plan de inversión y que confiamos en él.
- Buscar sólo la acción de moda: comprar la última acción ‘caliente’ es como conducir un coche utilizando sólo el espejo retrovisor. Está bien saber cuales son las acciones de moda e incluso invertir en ellas, pero es más importante seguir el plan de inversión que hayamos trazado.
- Tratar de ser ‘más listo’ que el mercado: evidentemente, lo ideal es superar al mercado pero la estadística nos dice que una gestión demasiado activa no suele ser la mejor estrategia. En este sentido, apenas unos fondos de inversión consiguen hacerlo mejor que el mercado a largo plazo (un lustro o una década). Si bien es posible superar la media del mercado uno o dos años, pocos son los gestores que lo hace de forma regular durante grandes periodos de tiempo.
- Obviar cuestiones fiscales: un buen sistema de inversión debe tener en cuenta también las implicaciones fiscales de cada tipo de activo. Uno de los errores más comunes es olvidarse de la existencia de la declaración de la renta y de que Hacienda vendrá después a reclamar parte de nuestras ganancias.
- Ser demasiado conservador: no es que un perfil conservador sea algo negativo, pero sí cuando se incurre en un exceso que nos exponga a la realidad de la inflación. Miccolis lo expresa a la perfección “para la mayoría de la gente, la inflación es su mayor amenaza financiera durante su vida, no lo que los mercados de pasar a estar haciendo este año”.
Estos diez son sólo algunos ejemplos de los errores más comunes, pero lo realmente interesante es ampliar la lista, así que os animamos a comentar vuestros propios fallos. Para animaros, aquí os dejo uno de los míos:
Confiar demasiado en mi broker y dejar de lado la gestión de mis finanzas. La mayoría de personas es perezosa por naturaleza y esto puede pasar factura. Por mucho que contemos con asesoramiento profesional, nunca conviene dejar de lado la gestión de nuestras finanzas.
¿Cuál es la vuestra?