La economía y el ciudadano medio español siempre han estado reñidos por uno u otro motivo. El más obvio es que no resulta divertido ni gratificante (por lo menos en el corto plazo) la gestión de nuestras finanzas personales. Esto no quiere decir que a los españoles no les preocupe su dinero que les guste ‘perderlo’. Nada más lejos de realidad. Simplemente son perezosos a la hora de ponerse manos a la obra. Esta es la mejor explicación de que en plena crisis subprime (antes del descalabro total del sector financiero) el 41,77% del dinero de los españoles esté en cuentas sin remunerar.
Desde un punto de vista estrictamente financiero esto implica que el 41,77% del dinero de los españoles pierde valor cada año por el efecto de la inflación y las subidas del IPC, además de una cantidad efectiva por el mantenimiento que cobran los bancos y por otra serie de comisiones. En el fondo, lo que sucede es que a muchos ahorradores ‘esto de las cuentas remuneradas’ les suena a invertir su dinero, y eso ya infunde respeto en una inmensa mayoría (mejor consultar a los a los expertos). Sin embargo, las cuentas remuneradas funcionan exactamente igual que una cuenta corriente normal. La diferencia es que realmente ofrecen una rentabilidad por el dinero del cliente (entre el 2,5% y el 3,5% TAE de media) por unos entises casi inexistentes y un alto coste de mantenimiento en las cuentas ‘tradicionales’.
Además, para quienes tengan dudas acerca de su liquidez, la disponibilidad del dinero es total. Muchas incluso también disponen de tarjetas de crédito para poder sacar dinero en cualquier cajero y pagar las compras en establecimientos comerciales. Entonces ¿por qué su uso no está más extendido? La respuesta sigue siendo un misterio y además de las causas apuntadas anteriormente habría que sumar que en muchos casos su contratación sólo se puede realizar a través de internet (un medio que no es del agrado de todos los ahorradores) y que en otros imponen ciertas limitaciones como el no poder domiciliar ningún recibo y otras restricciones en las llamadas operaciones de caja.
En cualqueir caso, las cuentas remuneradas siempre serán un lugar más propicio para guardar el dinero que las tradicionales. Sólo hace falta perder el miedo a internet y decantarse por la oferta que más se adapte a sus necesidades. Ahora que la crisis se están dejando sentir más que nunca es el momento idóneo para dar ese paso adelante. Además, necesitadas de liquidez, las entidades financieras han puesto en el mercado ofertas de lo más atractivo. Las mejores en función de su rentabilidad son las siguientes:
- Cuenta Alta Rentabilidad de Caja Granada: 7% TAE los primeros tres meses y a partir del cuarto mes TAE mínima 1,76% para saldos comprendidos entre 0 € y 1.000 € y TAE máxima 4,65% para importes superiores a 50.000 €. Sólo para nuevos Clientes. Saldo máximo de la cuenta 999.999 €.
- Cuenta Azul de iBanesto: 6,10% TAE hasta el 31 de marzo de 2009 o los cinco primeros meses de contratación. A partir de ese momento ofrece un 3,5% TAE, con liquidación mensual de intereses. No tiene gastos ni comisiones, pero no permite la domiciliación de recibos. Sólo para nuevos clientes.
- Cuenta Premier Plus de IberCaja: 6,00% TAE durante los cuatro primeros meses. Una vez superado ese periodo el tipo de interés cae al 3,5% TAE siempre que el saldo de la cuenta no supere los 300.000 euros. Todo el dinero que rebase esta cantidad, tendrá una remuneración del 0,10%. Sólo para nuevos clientes.
- Cuenta Naranja de ING Direct: 6% TAE los primeros 5 meses y luego al 3% TAE. Sólo para nuevos clientes. No cobra gastos ni comisiones, pero tampoco admite la domiciliación de recibos. Por el contrario, permite trasladar fondos desde otra entidad sin comisiones ni gastos. Es una de las más contratadas
- Max Cuenta Kontua de Caja Laboral: 5% TAE hasta el 31 de diciembre de 2008. Importe mínimo de 2.000 euros y máximo de 10.000 euros. Sin comisiones y total disponibilidad. No admite domiciliaciones.
- Cuenta Activa Plus de Activobank: 5% TAE durante los primeros seis meses, luego se remunerará al 3% TAE. Sólo disponible para nuevos clientes. La liquidación de intereses es mensual y no tiene gastos, ni comisiones.
- Cuenta Depósito de oficinadirecta.com: 5% TAE. Cualquier cantidad múltiplo de 500 €. Disponibilidad inmediata de su dinero. Con renovación automática mensual. No admite domiciliación de recibos.
- Cuenta Ahorro Directa de Sa Nostra: 4,70% TAE. Sin comisión de mantenimiento. Liquidación mensual de intereses en la misma cuenta. No admite domiciliación de recibos, tampoco tarjetas ni talonarios vinculados. Ingreso mínimo inicial de 300€.
- tucuenta rentable de tubancaja: 4,50% TAE. Para ingresos en efectivo, cheques o transferencias. No admite domiciliar recibos, ni nómina, ni puede ser designada como cuenta vinculada a préstamos o tarjetas. Sin comisiones.
- Cuenta Superior de Caja Madrid: 4,50% TAE. Exclusivo a través de Oficina Internet, para importes procedentes de otras entidades hasta un saldo máximo de 600.000,00 euros. Total liquidez, con abono mensual de intereses en la propia cuenta. Sin comisiones de administración o mantenimiento. No admite cargos, ni domiciliación de cargos o abonos, ni de recibos.
- Cuenta e-Duero de Caja Duero: 4,25% TAE. Liquidación mensual de intereses y sin comisiones de mantenimiento ni gastos de contratación. Admite el abono de nóminas y pensiones por transferencia, así como el abono de transferencias desde cuentas de otras entidades u otros titulares.
- Cuenta Ahorro Libre de Caja Vital Kutxa: 4,13% TAE. Sin plazos, no exige importes máximos y mínimos. Sin gastos ni comisiones de administración y mantenimiento. No admite Domiciliaciones, ni puede ser cuenta soporte de otras cuentas o productos como tarjetas, préstamos, fondos. Para traspasos realizados desde o hacia otras cuentas a la vista del cliente. Solo por Vitalnet o Línea Vital.
Aunque en la mayoría de los casos los intereses caen en picado una vez transcurridos los primeros meses de permanencia, las cuentas remuneradas siguen siendo una buena opción superior en cuanto a rentabilidad (no siempre en cuanto a prestaciones) que las cuentas tradicionales. Eso sí, tampoco hay que perder de vista que estas ganancias tienen un coste fiscal y tributan al 18% como el resto de productos del ahorro.