Ante la compra de un piso, la mayoría de las veces caeremos en las manos de los bancos y sus hipotecas para poder hacernos del dinero necesario. Sin embargo, hay formas de hacer que la carga de cuotas y los años de deudores no se hagan tan pesados y esto es, ponerse metas de pago anticipado. Así, si planeamos en que una de las metas dele año es pagar por lo menos tres mensualidades extras del crédito hipotecario; podremos reducir el plazo un tiempo y ahorrar un montón en intereses.
Al pasar los años vemos que el saldo ha disminuido relativamente poco, ya que un gran porcentaje del pago que efectúa se va a intereses. Entonces, surge esta maravillosa idea de apurar el pago mediante aportaciones directas a capital, ya que no queremos vivir pagando un crédito por 20 años más.
Todo lo que podamos abonar a nuestras deudas nos va liberando poco a poco de ellas. Más que nada en un crédito hipotecario dado que, con el sistema francés al principio se pagan casi puros intereses, muy poco a capital, por esta razón el saldo disminuye poco.
Es precisamente por esa razón que, durante esos primeros años, cualquier pequeño abono a capital puede ayudarnos a reducir el plazo de manera significativa (incluso años enteros).
Pongamos un pequeño ejemplo de que pagamos de hipoteca 800 euros al mes, de los cuales 200 euros son para capital y 600 son intereses. Si de repente, bajo este escenario, uno abona 2,000 euros extras directo a capital, uno probablemente nos estemos sacando aproximadamente un año de plazo, ahorrándonos cerca de 7,000 euros en intereses.
Claro, el ejemplo es burdo y seco, pero cada uno puede usar la calculadora de hipotecas, o cualquier comparador bancario que permita realizar pagos anticipados, para poder darse una idea del ahorro si uno ve la tabla de amortización del mismo.
Lo importante es destacar que esto aplica, sobre todo, en los primeros años del crédito, cuando uno abona cada cuota una porción de capital muy pequeña. De nada sirve hacerlo en los últimos años porque ya nos cobraron los intereses por anticipado, y solo nos queda devolver el capital.
Para lograr esto, que no es tarea fácil, uno debe proponerse un plan financiero de manera integral y no de forma aislada. A lo que vamos es que destinar todos nuestros excedentes a una sola meta puede no ser una decisión acertada. No debemos olvidarnos de las deudas de corto plazo (como tarjetas de crédito) que conviene más pagarlas primero porque aplican una tasa de interés usurera ante la demora. Asimismo, podremos destinar dinero a nuestro retiro, no olvidemos que tenemos que vivir varios años más después de jubilarnos.
Si bien somos nosotros los que elegimos a que darle prioridad, tenemos que tomar una decisión informada, después de considerar todas las posibles metas importantes incluyendo el retiro, educación de los hijos, entre otras cuestiones, dado que las finanzas personales son sólo una herramienta para dirigir nuestro dinero hacia lo que es más importante para nosotros.