Contamos con casi una decena de ellas en el mercado de productos financieros de nuestro país, han sido noticia en los últimos meses por sucesivos lanzamientos de diferentes entidades entre los que destacamos el de Santander. Teóricamente, las denominadas supercuentas de alta rentabilidad llegan dispuestas a modificar el mercado a través de propuestas de rentabilidad elevada en relación a la media de estos productos, y sin embargo, se trata de un modelo de producto en el que hay que prestar especial atención a las condiciones particulares.
Es importante destacar que no todas estas cuentas vienen a ofrecer el mismo modelo de producto, pero, si podemos encontrar en alguna medida un patrón similar en el que, desde luego, merece la pena fijarse a la hora de detectar algunas debilidades de estos productos que pueden afectarnos como usuario.
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Cómo son las cuentas de alta rentabilidad
Sobre el papel se trata de productos que, efectivamente, proponen una rentabilidad elevada si la comparamos con la media de lo que ofrece hoy en día una cuenta remunerada.
Estos productos, además, suelen acompañarse con un elevado nivel de exigencia en la vinculación que comienza con la domiciliación denomina, pero también se extiende a otros productos incluyendo por supuesto las tarjetas y la domiciliación de recibos, por tanto, saltan el parámetro tradicional de las cuentas de ahorro en el que la domiciliación de recibos, por ejemplo no era una opción abierta, y se convierten en un producto de vinculación que en varios casos puede llegar a exigir permanencia.
Si tomamos la citada Cuenta 1 2 3 de Santander podemos tener un buen ejemplo de esos claroscuros a los que nos referíamos. Técnicamente se nos ofrece una remuneración del 3%, a lo que sumar como beneficios el acceso a acciones de la entidad y descuentos en los recibos del hogar.
Ese 3% de remuneración se convierte sin duda en apariencia el una de las mejores del mercado, sin embargo, si escarbamos un poco más en el producto descubrimos que ya de entrada esta remuneración hace referencia a tres tramos diferenciados en los cuales el acceso a la rentabilidad depende de los saldos medios, es decir, quien tiene un saldo medio entre 1000 y 2000 € podrá acceder a un 1% de rentabilidad, entre 2000 y 3000 € a un 2% de rentabilidad y a partir de 3000 € se accede al 3% citado, pero, no acaban aquí las limitaciones ya que está rentabilidad sólo se aplica sobre un máximo de 15.000 €.
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Mucha letra pequeña en las supercuentas remuneradas
No debemos caer en la tentación de pensar que sólo está cuenta tiene letra pequeña. Al contrario, realmente esta es una característica fundamental por lo visto en las principales propuestas de este modelo de producto remunerado.
En el mercado vamos a encontrar ganchos que pueden parecer espectaculares a primera vista cómo ese 5% que ofrece la cuenta nómina de Bankinter. Desprovisto de más consideraciones esto es sin duda una de las mejores ofertas de rentabilidad que podemos encontrar en el mercado, sin embargo, también tiene letra pequeña, en este caso se aplica sólo durante un periodo de tiempo determinado (de 12 meses) para una cantidad máxima determinada, y a partir del siguiente año esta rentabilidad disminuye más del 50% para el tercer año no rentar nada.
En definitiva, se trata de productos que pueden ser interesantes según el momento y la posición financiera del usuario, pero a los que debemos prestar mucha atención por el nivel de vinculación exigidos y porque no en todos los casos pueden mostrar esa rentabilidad elevada que a priori pudieran aparentar.
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