La quiebra de CCM y su inmediato rescate por parte del Gobierno pueden haber sido sólo el primer paso hacia la reestructuración del sector bancario español. Como ya indicamos tras conocerse los problemas de Caja Castilla La Mancha, hay que actuar con tranquilidad ante las noticias relacionadas con las entidades financieras española, sobre todo ahora que cada vez irán apareciendo más nombres de bancos y cajas en el punto de mira. El problema de los últimos en salir a la palestra es que lo han hecho en palabras del gobernador del Banco de España. Y es que Miguel Ángel Fernández Ordóñez vuelve a ser noticia, esta vez por una indiscreción en conversaciones privadas con grupos parlamentarios que destapa El Economista pero que el Banco de España niega en un comunicado oficial.
En concreto, se trata de siete entidades que serían las que darían paso a la reordenación del sector pero no por gusto, sino por su mala situación económica, como ya se intentara en su momento con la fallida fusión entre Unicaja y CCM. Según El Economista, Caja Duero, Cajasur, Caja Cantabria, Caja Rioja, Caja España, CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo) y Caixa Catalunya son las entidades que se mencionaron en dichas conversaciones. Algunos nombres, como el de CAM y Caixa Catalunya ya llevaban tiempo ‘sonando’ entre los rumores de entidades con problemas, aunque también hay que recordar que hace unos meses circuló un rumor sobre los hipotéticos problemas de Banco Popular y su ‘inminente’ compra por parte de BBVA… Por lo menos, parece que en este caso la fuente es fiable.
Lo que se estarán preguntando ahora todos los ahorradores de estas cajas de ahorro es si deben correr a las sucursales a retirar su dinero. Nada más lejos de la realidad. Como en el caso de CCM debe imperar la calma, sobre todo porque la mayoría de los ahorros de los españoles están seguros gracias al Fondo de Garantía de Depósitos. En concreto, están cubiertos hasta 100.000 euros por titular y entidad. Es decir, cada ahorrar puede estar seguro de que recuperará hasta un máximo de 100.000 euros en caso de que el banco quiebre (cosa harto improbable). Eso sí, el plazo de espera para recuperar el dinero es de hasta tres meses.