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Asset Allocation o la diversificación de las inversiones

Aunque para muchos este término puede sonar excesivamente técnico lo cierto es que cualquier persona que realice una gestión financieramente ligeramente activa lo practica aunque no sea consciente de ello. Asset Allocation, que puede traducirse literalmente como localización de activos, no es más que  la estrategia que cada persona sigue para distribuir sus inversiones en los diferentes vehículos de inversión. Es decir, la cantidad ded dinero que destina a acciones, bonos, futuros, renta fija…

Esta distribución o asset allocation dependerá por un lado del perfil de cada inversor y por otro de la coyuntura económica. Los más arriesgados podrán destinar una mayor parte de su inversión a acciones, mientras que los conservadores pueden optar por mantenerse en liquidez, pero de igual forma los porcentajes de cada vehículo variarán en función de la situación económica.

El asset allocation se basa  por una parte en que cada año (u otro periodo de tiempo) habrá un activo que lo haga mejor que el resto y en la diversifación para evitar el riesgo por otra.  Por eso, si se invierte a través de varios vehículos es más fácil sacar partido de los que más suben al tiempo que se protege el capital ante eventuales caídas. Los porcentajes destinados a cada familia de productos financieros cambiarán conforme lo haga la situación económica global o el perfil de riesgo del inversor, aunque este suele variar mucho menos. De esta forma, el perfil del inversor determinará el ‘esqueleto’ de la distribución del capital y la coyuntura económica hará el resto, cambiando los porcentajes para que la correlación entre activos se ajuste a la situación real.

Existen infinidad de vehículos entre los que distribuir las inversiones, aunque la mayoría de gestores suele limitarse a unos pocos. A la hora de hablar de asset allocation y diversificación de las inversiones los activos más mencionados suelen ser:

Liquidez – se refiere al dinero en metálico o el depositado en cuentas corrientes.

Acciones – cualquier tipo de inversión en acciones sin importar el tipo título.

Bonos o renta fija

Divisas – inversión en el mercado de divisas

Materias primas – principalmente oro y petróleo.

Sector inmobiliario – inversión en ladrillo.

Otros – son menos comunes, pero también se puede invertir en arte, artículos de coleccionista, vino….

Los tres primeros son los más comunes y en los que invierte la mayoría de personas. Hay que tener en cuenta que no es necesario invertir en todos ellos y de hecho algunos ni siquiera serán recomendables o estarán al alcance de muchos inversores.

Un ejemplo de asset allocation típico (aunque quizás algo desfasado tras el descalabro del sector financiero sería el siguiente):20 % en efectivo, 30% en acciones, 10% en bonos, 20% en bienes raíces y 20% en fondos mutuos. En cualquier caso, la distribución dependerá también del conocimiento que acumule cada inversor (no todo el mundo se siente capacitado para operar en el mercado de divisas, por ejemplo, o de invertir en arte).

Los fondos de inversión también ofrecen grandes ejemplos de asset allocation. De hecho, tienden a diversificar y cambiar el porcentaje que destinan a cada activo como parte de su plan de acción, aunque evidentemente no siempre aciertan. Los porcentajes globales en los invierten los fondos suele utilizarse como medida del riesgo que están dispuestos a correr los gestores y la apuesta en general por uno u otro activo.