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¿Tiene derechos un moroso?

Cada vez más gente empieza a hacerse esta pregunta. Aunque en principio nadie desea estar en esta situación, lo cierto es que el aumento de las presiones económicas y años atras, con recrudecimiento de la crisi,s se forzaron a muchas familias a incumplir sus obligaciones financieras y convertirse así en morosos. Es entonces cuando llega el momento de enfrenarse a los acreedores y las cada vez más prolíficas agencias de gestión de cobro.

¿Qué es un moroso?

La palabra morosidad tiene varias acepciones, sin embargo en el mundo empresarial y en operaciones comerciales significa por una parte los créditos concedidos o las facturas emitidas que no se han cobrado después de su vencimiento. Por otra parte también se utiliza para referirse a aquellas deudas que son incobrables definitivamente y entran de forma directa en la cuenta de pérdidas del acreedor.

Por lo tanto nos referimos a la morosidad para expresar las deudas impagadas y la palabra moroso como sinónimo de deudor. Aquel que se retrasa en el cumplimiento de su obligación de pago, y que por lo tanto incurre en mora o morosidad. Mora, a su vez, es sinónimo de retraso o demora en el lenguaje jurídico.

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¿Cómo actúan las agencias de gestión de cobro?

Para conseguir cobrar las deudas (legitimas, por otra parte) estas compañías pueden recurrir a acciones que rozan la ilegalidad. Las tácticas varían en función de cada moroso y cada compañía pero insultos, acoso o amenazas son relativamente habituales, según precisa Pablo Camacho, gerente de El Defensor del Moroso, que añade al modus operandi de estas empresas el ridiculizar a la persona endeudada poniendo en conocimiento de vecinos, familiares y amigos su condición de morosos. Básicamente lo que desde hace años vienen haciendo compañías como el famoso Cobrador del Frac.

El problema radica en que en España existe un vacío legal que regule las actividades de las agencias de cobro. Así, buena parte de sus prácticas se encuentran dentro de un limbo jurídico que hace difícil actuar contra ellas. A esto hay que sumar la vergüenza de muchos particulares a denunciar estos hechos bajo la creencia de que como morosos que son primero deben saldar sus deudas para poder protestar por estos actos ‘vejatorios’.

Una agencia de gestión de cobro debe atender a unos métodos legales y deontológicos, siempre deben tener presente la negociación. Los únicos que pueden obligar a pagar una deuda son los tribunales de justicia.

¿Qué ocurre con los morosos profesionales?

Pero esto sólo ocurre en un porcentaje de los casos, ya que también existen los llamados morosos profesionales, que son personas acostumbradas a lidiar con este tipo de problemas sin ningún miramiento. Generalmente son más comunes en el ámbito empresarial y pueden ser compañías que retrasan al máximo (habitualmente fuera de los plazos contractuales) el pago a sus proveedores hasta que éstos pierdan la paciencia.

En cualquier caso, no importa si se trata de un moroso por afición o por necesidad. Ambos tienen una serie de derechos que por mucha deuda que contraigan no se pueden violar, El primero de ellos es el de la confidencialidad de sus datos. De hecho, es posible denunciar ante la Agencia Española de Protección de Datos los posibles abusos por parte de las empresas de cobro cuando estas incumplen su deber de confidencialidad.

¿Cómo puede defender sus derechos un moroso?

Empresas como El Defensor del Moroso ayudan a quienes acumulan deudas en todo el proceso, empezando por negociar con los acreedores un aplazamiento de la deuda e incluso una quita de la misma. Además, también se encarga de acceder a los llamados ficheros de morosos como los de Asnef, RAI o Equifax, entre otros, y asegurarse de que los datos que figuran en ellos son los correctos. Del mismo modo, eliminan al moroso de la lista una vez salda la deuda o vuelve a empezar a pagarla. Y es que salir de un fichero de morosos puede convertirse en una operación más complicada de lo que debería, aunque puede llevarla a cabo el mismo deudor.

En la mayoría de los casos, pensamos que cuando se entra en mora está incurriendo en una circunstancia de negligencia o mala fe. Sin embargo la legislación contempla la posibilidad de que el deudor incurra en mora por motivos de fuerza mayor, hechos fortuitos y ajenos a su voluntad. Por ello concede derechos a los morosos. Los primeros e inviolables son los derechos personalísimos de la intimidad, el honor y la dignidad de la persona.

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