Ya está aquí la anunciada subida de impuestos. El Consejo de Ministros ha anunciado el Proyectode Presupuestos Generales del Estado (PGE) que remitirá al Parlamento, donde debe ser debatido y, en caso de que así lo consideren oportuno, aprobado o en su defecto reformado.
En realidad los PGE plantean una reforma fiscal en toda regla que afectará por igual a todos los contribuyentes y no sólo a las rentas más altas, como se anunció en un principio. El Gobierno pretenden recaudar 10.000 millones de euros adicionales con la reforma fiscal, a la que se podrían sumar nuevos impuestos ‘verdes’.
En cualquier caso, lo importante es que ya conocemos cómo será la subida de impuestos a la que deberemos enfrentarnos a partir del próximo año y que se puede resumir en el aumento del IVA y de los impuestos sobre el ahorro y supresión de los 400 euros.
En concreto, el aumentarán dos de los tres tipos de IVA en vigor. El tipo general lo hará del 16% al18%, mientras que el tipo reducido pasa del 7% al 8%, algo que en un principio ni siquiera se había planteado. Se mantiene el superrreducido para los productos de primerísima necesidad, en tanto que el aumento del tipo reducido afectará a los alimentos en general, transporte, transporte de viajeros; servicios de hostelería; entradas a espectáculos; servicios funerarios; peluquerías; dentistas; edificios, viviendas y y complementos para el diagnóstico o alivio de enfermedades.
Tampoco se han cumplido las expectativas en lo referente a las rentas de capital, que son aquellos obtenidos a través de la venta de viviendas, alquiler y sobre todo venta de acciones o rendimiento de productos financieros como fondos de inversión, depósitos o cuentas corrientes. Se esperaba una subida general del 18% al 20%, pero el Ejecutivo se ha desmarcado con una subida en dos tramos. De esta forma, los primeros 6.000 euros tributarán al 19%, un punto por encima del tipo actual y a partir de esa cantidad el tipo se elevará al 21%.
También diremos adiós a la deducción de 400 euros en el IRPF poco más de un año después de su aprobación. Aunque en principio se especuló con la posibilidad de que la supresión de los 400 euros sólo afectase a las rentas más altas o que por lo menos se mantuviese para las más bajas, esta será total, una reforma del IRPF en toda regla.
Además, el Impuesto de Sociedades registrará uno de los pocos cambios realmente temporal y limitado (las características que el Gobierno anunció sobre la reforma en general). Durante un periodo todavía por establecer, las pymes con menos de 25 empleados que no destruyan empleo tributarán al 20% en lugar del 25% actual.
Lo que se mantiene sin cambios es la fiscalidad de las Sicav pese a la polémica en torno a estas sociedades, cuyas plusvalías y beneficios tributan sólo al 1%. Eso sí, desde el Ejecutivo han abierto las puertas a la negociación con otras formaciones políticas durante el debate parlamentario para la aprobación de la reforma fiscal que plantean el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado. También entrarían dentro de esta negociación los 400 euros y su aplicación a las rentas inferiores a 30.000 euros, aunque habrá que esperar para conocer más detalles.