Aunque todavía no es definitiva ni mucho menos, la subida del IVA anunciada por el Gobierno a través del Proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PPGE) ha puesto en pie de guerra a la mayoría de sectores. Las críticas se centran especialmente en el efecto que tendrá esta medida y el resto que se engloban dentro de la subida de impuestos para el ciudadano medio. Por eso, llegado este punto es importante preguntarse quiénes serán los más afectados.
En principio lo lógico sería pensar que la subida del IVA afectará a todos por igual, ya que en principio el IVA grava el consumo sin tener en cuenta las características de quien consume. Por esta misma regla, podríamos pensar que la medida se cebará con quienes más consuman. Nada más lejos de la realidad. Según Gestha, la patronal de Técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda, los cerca de 26 millones de personas que perciben unos ingresos inferiores a 30.000 euros serán quienes más sufran. Lo más alarmante es que se trata del 88,7% de los contribuyentes.
Las razones que ofrece Gestha son de pura lógica. Las rentas más bajas son las que más problemas tienen para llegar a fin de mes y por lo tanto quienes más van a notar este aumento de dos puntos en el IVA general y de un punto en el reducido. Y es que de los tres tipos de IVA vigentes sólo el superreducido se ha salvado, lo que según los técnicos de Hacienda tampoco tiene mucha relevancia en términos presupuestarios, ya que sólo supone el 5,45% del total de la recaudación frente al 20,6& del tipo reducido y el 73,88% del tipo general.
El problema de este aumento del IVA es que puede tener un efecto devastador sobre el consumo. En un momento en el que las familias optan por ahorrar en lugar de consumir, un aumento de precios podría acentuar todavía más esa tendencia. Además, por supuesto, de sus efectos sobre el IPC.
Pero esta no es la única medida que perjudicará a la clase media y baja. La supresión de la deducción de 400 euros de IRPF afectará 96,12% de los españoles que ganan menos de 60.000 euros anuales.Una subida del IRPF en toda regla que supondrá un aumento de 400 euros en la presión fiscal.
De hecho, la única medida que penalizará más a las clases con mayor poder es el aumento de los rendimientos de capital. Pese a aplicarse a todos los contribuyentes por igual, lo cierto es que el ahorrador medio español no se caracteriza por ser un inversor activo e incluso por ser siquiera un inversor. La mayoría de ahorradores apenas obtiene beneficios de cuentas corrientes y otros vehículos de inversión, por lo que tampoco notará esta subida. Por el contrario, los inversores más activos sí sufrirán en sus carnes una reducción de las plusvalías que obtengan..