A pesar de que poco a poco vamos tomando conciencia sobre la importancia que los planes de pensiones pueden llegar a jugar en nuestro futuro, como ingresos complementarios a las pensiones de jubilación, estos productos financieros siguen siendo desconocidos para muchos de sus suscriptores, lo cual lleva a confusiones en algunos casos graves, y, cuando menos, a un mal desarrollo de la cartera de ahorro que podemos llegar a obtener bien manejados.
De entrada debemos siempre tener claro que, además de los beneficios fiscales, estamos ante un producto que bien utilizado puede proporcionar a lo largo del tiempo un ahorro adecuado para ser ese complemento a las pensiones de jubilación, o al menos una parte importante de dicho complemento.
En este contexto es importante determinar qué tipo de planes de pensiones son adecuados siempre según nuestro perfil, en este caso determinado por la edad. Hay que adelantar que esta reflexión la hacemos sobre la base de quien empieza a aportar relativamente pronto en planes de pensiones, ya que, alguien que aporta en los últimos 10 o 15 años previos a la jubilación tendría que enfocar dichas aportaciones no sólo desde los planes de pensiones sino también desde otros productos complementarios, recordamos que los planes de pensiones tienen una cantidad limitada de aportaciones anuales (8.000 euros al año. Limitación tanto financiera como fiscal).
En este post te mostramos lo que debes saber antes de contratar tu plan de pensiones
Planes de pensiones hasta los 40
Cuanto antes comencemos a aportar a nuestros planes de pensiones más efecto positivo tendrán estos en el futuro, pero además, mayor margen para gestionar de manera correcta nuestro ahorro tendremos.
En este contexto las primeras fases de consolidación en el tiempo de la cartera de ahorro en planes de pensiones tendrían que apostar por la búsqueda de rentabilidad como objetivo prioritario, aquí está muy justificada, sobre todo en los primeros años, la apuesta en planes de pensiones que dirigen su mirada a la renta variable buscando optimizar al máximo la citada rentabilidad.
Gracias a la flexibilidad de los planes de pensiones podemos a lo largo del tiempo ir poco a poco redireccionando el nivel de riesgo, hasta llegar al equilibrio entre el riesgo/rentabilidad, o incluso apostar por fórmulas mixtas graduando los niveles de inversión en renta variable.
La primera aproximación debe estar orientada a carteras de renta variable, o bien mixtas con tintes agresivos. Una buena distribución de la cartera inversora podría ser de la siguiente manera:
- 75% -80% de Renta variable.
- 20%-25% de Renta fija.
Esta composición de cartera está pensada para perfiles con menor aversión al riesgo. Para aquellos inversores que se sientan incómodos siempre se podrá reducir en un 10% la exposición a la renta variable. Pero el objetivo es claro: Rentabilizar. Aún penalizando la estabilidad de la cartera.
Planes de pensiones de los 40 a los 50
Podríamos definir esta fase como intermedia, siempre y cuando hayamos cumplimentado la anterior, en ese caso comenzaríamos a graduar la exposición de nuestros planes de pensiones buscando cada vez más la seguridad en favor de consolidar lo ya obtenido, algo que poco a poco va a ser el objetivo en el tiempo de los planes de pensiones.
Es el momento de los planes mixtos con cada vez menos exposición a renta variable, y de productos con el suficiente nivel de confianza para este tipo de apuesta.
Progresivamente podremos ir orientando la cartera de inversión (a través de planes de pensiones) hacia un perfil más moderado. No obstante, según estudios de Jeremy Siegel, la renta variable es el producto que mejor comportamiento tiene en el largo plazo. Por lo tanto, no deberemos perderlo de vista. Una cartera equilibrada podría estar constituida por un plan de pensiones (o una cesta de ellos) mixtos. En los cuales se mantenga un cierto equilibrio entre renta fija y renta variable.
De los 50 hasta la jubilación
Hay controversias sobre el momento en el que debemos dedicarnos exclusivamente a consolidar nuestra cartera de ahorro en planes de pensiones. En este caso si sugerimos hacerlo a partir de una edad determinada, es porque suponemos que se ha realizado toda la evolución y en la edad indicada ya existe una cartera lo suficientemente interesante como para ser consolidada.
Esto, lo que nos va a permitir probablemente, es a la vez buscar otras opciones complementarias para combinar con los planes de pensiones, algo que no podríamos hacer si estuviéramos por un lado asumiendo riesgo, o, teniendo un modelo de aportaciones muy exigente.
En esta etapa se recomienda tener una exposición no superior al 25% en renta variable. Excepto para aquellos casos en los que se tenga un perfil inversor un poco más agresivo, pudiendo aumentar la exposición a un 30%.
El objetivo en esta etapa está orientado a la estabilidad de los derechos consolidados que se hayan ido generando con el paso de los años. Queda poco tiempo para pasar a ser beneficiarios y no podremos tener un riesgo excesivo. Pues de lo contrario no habrá tiempo para la recuperación ante una caída del mercado.
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