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Préstamos P2P de persona a persona

En un momento de contracción del crédito casi toda opción puede ser buena para conseguir financiación y en este sentido comienzan a implantarse en implantarse en España los llamados préstamos P2P. En realidad no se trata más que de préstamos entre particulares con la particularidad que se hacen a través de internet. De ahí precisamente deriva el apelativo P2P o ‘peer to peer’. Es decir, de persona a persona, como se hace a la hora de compartir archivos digitales en la Red.

En España el mercado de los préstamos entre particulares o del P2P lending está prácticamente sin desarrollar más allá de los clásicos prestamistas y usureros. De hecho, apenas hay ejemplos nacionales más allá de Comunitae y Partizipa, si bien sus modelos de negocio son algo diferentes, ya que el segundo está enfocado de forma casi exclusiva a emprendedores y pyme por parte de otros inversores, muy al estilo de los llamados business angels. Desde 2007 han desarrollado 110 proyectos con la aportación económica de 40 partícipes, según explica El Mundo.

El funcionamiento de Comunitae es bastante sencillo y como su propio nombre indica se basa en una comunidad de usuarios que se prestan dinero entre sí. La compañía no es la encargada de prestar el dinero, sino que en realidad son sus miembros los que llegan a acuerdos acerca de esta financiación. Por eso mismo siguen siendo préstamos P2P entre particulares. Lo que Comunitae hace es ofrecer un marco en el que se produzcan estos préstamos entre particulares y encargarse de la parte legal y formal, así como de la gestión de la devolución del préstamo. En concreto, se pueden solicitar desde 3.000 hasta 15.000 euros a devolver entre uno y tres años, aunque la idea de la empresa es ampliar el importe máximo con el paso del tiempo.

El sistema es ventajoso tanto para las dos partes implicadas. En el caso de la persona que solicita el dinero porque puede acceder a una vía de financiación con unos costes menores en lo que a tipo de interés se refiere y sobre todo sin prácticamente comisiones (por ejemplo no existe comisión de cancelación anticipada). Por su parte, el prestamista particular, además de estar llevando a cabo una buena acción, obtiene un beneficio económico mayor que si invirtiese, por ejemplo, en un depósito financiero.

Aunque este sistema de financiación entre particulares puede parecer muy novedoso, lo cierto es que lleva tiempo desarrollándose en otros países. La británica Zopa fue la pionera en este campo, aunque la mayor compañía del sector es la estadounidense Prosper con más de 200.000 usuarios. Otras redes conocidas son Lendingclub en Estados Unidos, Loanland en Suecia, Peermint en Canadá o Smava en Alemania.