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¿Nuestro ahorro está seguro?

Tanto las cuentas de ahorro como las cuentas remuneradas y cuentas nómina han marcado tendencia y se posicionaron para ser la manera oficial donde se puede depositar dinero y así, otra persona puede solicitar un crédito, por lo que están consideradas una buena opción para las pequeñas y medianas empresas.

Pese a esto, nada es tan fácil como parece y por ello se debe tener cuidado al elegir una, ya que muchas no son tan seguras como dicen ser.

Recordamos que no hace más de 10 día se publicaba un interesante artículo sobre los 50 bancos más seguros del mundo, de la mano de Global Finance, quien realiza un ranking con los 50 bancos más seguros del mundo y donde sólamente tres entidades españolas han sido incluidas en este selecto grupo, el Santander, BBVA y Banesto.

¿Esto quiere decir que el resto son inseguros?

No, no quiere decir esto en absoluto, sino que no son tan seguros como los 3 que hemos mencionado. Según los datos que relevó la compañía durante 40 años las cajas populares operaron sin regulación, lo que derivó en diversos problemas para cientos de depositantes. Por esta razón, con la llegada de la bancarización formal y el control cruzado, para mantener un mercado accesible para todos, sin las trabas que ofrece el actual sistema crediticio, aparecieron las financieras, empresas que ofrecen servicios financieros similares a los bancarios pero con mayor costo, alcanzando el nicho de clientes que los bancos desechan.

En términos de ahorro, el principal punto de atracción que tiene este tipo de entidades, son los rendimientos, usualmente mayores a los que ofrece la banca comercial. Sin embargo, debemos ser precavidos dado que muchas prometen tasas imposibles de cumplir dejando a sus clientes sin su dinero.

Las entidades financieras en general se clasifican en tres tipos:

  1. Autorizadas que cuentan con un fondo de protección similar al que tiene la banca en caso de malos manejos administrativos.
  2. En proceso de autorización, es decir que se encuentran operando sin todavía recibir la supervisión del Banco de España.
  3. Por su actividad mínima no requieren de autorización para seguir operando, pero tampoco son supervisadas por esta institución ni cuentan con la seguridad del fondo de protección.

Una manera simple de minimizar riesgos es comprender que es muy difícil para una caja de ahorro sostener el pago de altas tasas de interés por el dinero que recibe de sus clientes. Aquí vale recordar que la tasa de interés va en función al riesgo, como referencia para calcularlo se puede tomar en cuenta la tasa del Euribor por ejemplo u otra representativa que da a conocer el Banco Central, o bien, la tasa de los valores de deuda.

Otro problema es es la falta de información, muchas veces no se conoce cuál es la TAE que se ofrece, dado que muchas de ellas ni la mencionan en sus sitios web, o bien omiten el concepto, monto y metodología de cálculo de las comisiones aplicables; no ofrecen la opción de modificar, cancelar y terminar el contrato; no especifican tasas de interés, comisiones y pagos periódicos, o los riesgos de contratación del producto.

La parte buena es que esto está acabando poco a poco, pero hasta que los bancos no entiendan que sus clientes somos todos y no solo la gente que tiene buen nivel de ingresos y acceso al crédito, seguirá siendo cosa diaria a nuestro alrededor.

Asimismo, recordamos que el Viejo Continente ha metido 30 bancos entre los 50 más seguros una más que, pero por sobre todas las conclusiones, situó a las 10 primeras en el ranking.