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La subida del IVA, pros y contras

Mucho se está hablando durante las últimas semanas acerca de la subida del IVA. Hoy mismo, dios mediante, se estaba haciendo uno de los debates más largos de la historia de nuestra nación en el Congreso de los Diputados para valorar realmente cómo de importante puede ser para nuestro país (tanto para bien, como para mal) la subida de este impuesto que grava cualquier pequeño acto de consumo.

Todos los medios de comunicación, y más aún después de la presión que ha metido a la cuestión Esperanza Aguirre desde su púlpito de Presidenta de la Comunidad de Madrid, se han hecho eco de la noticia para intentar fundamentar las cuestiones económicas referidas a este tema cuanto más mejor. En mi opinión, el otro día encontré la forma resumida de explicar todo este entramando fiscal-legalista de la forma más sencilla.

Juan Carlos Martín Lázaro, experto en Economía y Profesor del Instituto de Empresa de Madrid, explicaba ante lo micrófonos de Protagonistas de Punto Radio, de la mano de Félix Madero, como esta subida del IVA puede ser buena por un lado, pero sumamente nefasta por el otro.

Su explicación es muy sencilla y la podemos resumir en las siguientes palabras: Como el Estado necesita cuadrar la cuentas públicas, el Estado ha intentado ir al impuesto que puede que le genere más ingresos; esos ingresos serán sustanciales con la subida del 2% a partir del día 1 de Julio, pero también hay que tener en cuenta que con esa subida se producirá un hecho contraproducente contra el crecimiento económico en estos momentos difíciles.

Por tanto, como se comentaba en Protagonistas, tenemos una situación compleja en la que tenemos de una lado las arcas públicas sin dinero, y en el otro el conjunto de la población de nuestro país que, si suben los impuestos, no podrán seguir contribuyendo de la misma manera al consumo y, por ende, éste terminará cayendo, afectando aún más a toda la grave situación económica en la que estamos inmersos.

La situación del IVA, como ha quedado evidenciada, es bastante más compleja de lo que puede parecer a priori. Un sistema fiscal en donde se intentan gravar los impuestos para dar más ayudas sociales y, al mismo tiempo, recuperar parte del dinero que se ha invertido y gastado desde las arcas públicas, conforma una pescadilla que se muerde la cola y que, sin duda, no es lo mejor en mi opinión para nuestro país.