En un artículo anterior publiqué las características básicas de los gastos operacionales, así como tal también hice mención a ellos dividiéndolos en los grandes bloques que los componen. En este artículo trataré ambos tipos de gastos para definir la diferencia entre los gastos operacionales y gastos no operacionales.
Artículo sobre Gastos Operacionales publicado el 17 de febrero
Gastos operacionales.
Este concepto también lo definí en el artículo publicado el pasado 17 de febrero que trata sobre este tipo de gastos. Sin embargo ahora tengo la oportunidad de extenderlo más allá.
Partiendo de la base que los gastos operacionales son los gastos corrientes que hacen funcionar nuestro negocio y que componen el esquema productivo o de servicios más las compras de las materias primas necesarias (a grandes rasgos los gastos operacionales serían estos).
Este concepto no es baladí, puesto que una minuciosa y acertada división de los costes puede darnos mucha información para incidir en aquellos más gravosos.
Si bien lo anterior es cierto, no deja de ser menos que los gastos operacionales son vitales puesto que constituyen la base de nuestro negocio y requieren un exhaustivo análisis tanto vertical (ver el peso que tiene cada uno sobre el total) como horizontal (comprobar y medir su evolución a lo largo del tiempo). El objetivo de realizar una detallada clasificación y análisis de gastos operacionales es debido a que es tal su importancia que la mayoría de las ocasiones no se puede incidir sobre ellos para optimizarlos sin que merme la cantidad o calidad de nuestro producto o servicio.
Gastos no operacionales.
Este tipo de costes no representan una continuidad en el ejercicio económico puesto que no son gastos corrientes que derivan directamente de la actividad mercantil (“directamente” quizá sea la mejor palabra que define la diferencia entre gastos operacionales y gastos no operacionales).
Eso no significa que no sean elevados o sean despreciables. Si por ejemplo nos dedicamos a una actividad industrial en la cuál es necesario la adquisición y amortización de maquinaria o equipos de alto coste, los intereses pagados no constituyen lo que se denominaría un gasto operacional. Por tanto, en nuestra clasificación, se entendería y se sumaría a la partida de gastos no operacionales.
Sin embargo los intereses a pagar sí que pueden ser un coste que suponga una fuerte carga tanto en la liquidez como en la merma de beneficios para nuestra empresa. He aquí que aún no siendo un gasto corriente del desarrollo de nuestro negocio (gastos operacionales) sí que suponen un aspecto a medir, valorar y tratar de minimizar mediante negociaciones u otros tipos de estrategias financieras.
Como la anterior partida, los gastos no operacionales también deben analizarse en el plano vertical y horizontal.
Diferencias entre gastos operacionales y no operacionales.
Antes he mencionado que la expresión “directamente de la actividad mercantil” define muy bien la diferencia. Bien, además de esta palabra también podemos encontrar otras diferencias, por ejemplo:
- Frecuencia: este aspecto también define claramente la diferencia. Lógicamente los gastos operacionales al ser derivados de nuestra actividad y considerados gastos corrientes, se producen con cierta frecuencia en nuestra actividad. Mientras los gastos no operacionales pueden aparecer alguna que otra vez en el mismo ejercicio económico.
- Los gastos no operacionales en ocasiones corresponden a inversiones. Mientras que los gastos operacionales corresponden al propio proceso de producción.
- En la contabilidad financiera no vienen definidos como tal (la cuenta de resultados no hace mención a la división de los gastos).
- De lo dicho en el punto anterior se debe considerar que en nuestra contabilidad interna de gestión sí que sería un buen sistema clasificar y hacer notar la diferencia entre gastos operacionales y gastos no operacionales.