Opcionis.com

Encontrar el mejor plazo para la hipoteca

Existen varios aspectos que debemos valorar a la hora de solicitar una hipoteca. El tipo de hipoteca (mixta, variable o fija), el índice de referencia (en el caso de las variables) y el plazo de amortización son las más importantes para determinar la cuota mensual y los intereses totales que pagaremos al final de la vida del préstamo.

En líneas generales para una misma cantidad, cuanto mayor sea el plazo menor será la cuota mensual pero más los intereses que se pagarán en el cómputo global. Esto es lo primero que debemos tener claro a la hora de determinar el tiempo de duración de la hipoteca y a partir de ahí prodremos empezar a calcular nuestra capacidad de endeudamiento. Se suele recomendar que la deuda no supere nunca el 35% de los ingresos, pero este porcentaje dependerá de las perspectivas de ingresos de cada persona y su aversión al riesgo.

En Get Rich Slowly hacen un interesante ejercicio de comparación enfrentando a una hipoteca a 15 años con otra a 30 años. Evidentemente para que el experimento funcione el tipo de interés debe ser fijo (a tipo variable es mucho más complicado sino imposible hacer proyecciones). En nuestro caso, vamos a elegir la hipoteca tipo en España, quye es de 150.000 euros y vamos aplicarle un tipo de interés del 4,5% a 15 años y del 5% a 30 años. El resultado de nuestra calculadora de hipotecas es el siguiente:

Para la hipoteca a 30 años:

Para la hipoteca a 15 años:

Las diferencias son significativas, empezando porque en la primera la calculadora hace saltar la alarma sobre el capital total que tendremos que desembolsar y en la segunda no. Esto no quiere decir que haya que elegir la hipoteca a 15 años, simplemente que desde un punto de vista estrictamente numérico, es la opción más rentable. La elección del plazo de amortización dependerá en buena medida de las circunstancias de cada persona y su perfil ahorrador. En este sentido, hay mucha gente preferirá ‘cubrirarse’ las espaldas con una cuota mensual más baja de lo que podría asumir para invertir el dinero restante o simplemente para engordar su fondo de emergencia, planificar mejor su jubilación o vivir algo más holgado.

Como ya hemos comentado en más de una ocasión toda estrategia inversora debe adecuarse a la personalidad de quien la practica. Lo más interesante del artículo de Get Rich Slowly es que plantea una tercera vía (y no es la de contratar la hipoteca a 25 años): establecer una hipoteca a 30 años pero tratar de pagarla en 15. Es decir, ir dedicando parte del capital que sobra porque la cuota es menor a juntar cantidades con las que proceder a amortizaciones anticipadas de la hipoteca.

El cuadro de amortización resultante sería el siguiente:

Los números son lo suficiente claros para darnos cuenta de que desde un punto de vista estrictamente financiero amortizar nuestra hipoteca a 30 años en 15 años tampoco es una gran opción. En realidad estaríamos pagando un 0,5% más de intereses, a lo que habría que sumar las comisiones por amortización o cancelación anticipada.

Sin embargo, como bien hemos apuntado anteriormente no todo debe ser eficiencia financiera y este método, aunque más caro en términos económicos, puede ser una buena solución como colchón financiero. Así, por ejemplo, en caso de atravesar una mala racha no habrá que hacer frente a un cuota mensual tan alta como si hubieramos firmado la hipoteca a 15 años (aunque quien lo hubiese hecho podría ampliar el plazo de la hipoteca si el banco accede a novar el préstamo).

En cualquier caso, sólo se trata de una alternativa que debería servir para que nos demos cuenta de que, si bien es importante buscar optimizar nuestras finanzas al máximo, tampoco debemos obsesionarnos. Lo importante es ser consciente de las alternativas que existen para poder tomar decisiones informadas y a partir de ahí configurar la estrategia que mejor se adapte a nuestras pautas de consumo (siempre que estas sean saludables), a nuestro modo de vida y al tiempo real que deseamos dedicarle a la gestión de nuestro capital.