Aunque ya se viene hablando de este modelo de tarjetas desde hace unos años, es fundamentalmente desde cuando las entidades financieras comienzan a introducir las tarjetas contactless. De hecho es posible que a fecha de hoy usted ya posea una de estas tarjetas o, su entidad financiera, le proponga tras la renovación de alguna de sus tarjetas adoptar este modelo.
Lo cierto es que, por un lado, se trata de una alternativa interesante pero, como toda tecnología de nueva aplicación, genera dudas razonables en algún caso, y en otros casos poco razonables.
Qué es una tarjeta contactless
Realmente se trata de una adaptación del modelo de pago a distancia mediante el cual el usuario acercando su tarjeta de crédito a un dispositivo (TPV) pueden realizar un pago sin utilizar su número PIN. De esta manera estamos ante un modelo de pago con tarjeta muy rápido, y que evita al usuario el proceso de pago habitual con tarjeta.
Este modelo de pago se propone deberán cantidad a partir de la cual ya debemos introducir para importes menores de 20 €, cantidad a partir de la cual ya debemos introducir el número secreto como siempre.
Este modelo de pago con tarjeta ha tenido un proceso de implantación muy rápido en general, y en nuestro país sea introducido también de manera rápida, suscitando en algunos casos muchas dudas sobre una tecnología nueva, que genera miedos en el usuario, sin embargo no estamos en absoluto ante un modelo no contrastado, otra cosa es que nos convenza más o menos.
La seguridad en las tarjetas contactless
Técnicamente este modelo de pago de pequeñas cantidades tiene ventajas, por un lado la comodidad ya que realmente ni siquiera tenemos por qué sacar la tarjeta de la cartera, simplemente acercando está a 2 cm del TPV la tarjeta sufre mucho menos desgaste, y el tipo de transacción es mucho más rápida.
Por otro lado, y teniendo cuenta para el resto de pagos se comporta como una tarjeta normal, todas las garantías de seguridad de las tarjetas de crédito actuales van añadidas a este modelo, es decir no es ni más ni menos segura a este nivel.
Las dudas comienzan cuando tenemos en cuenta dos elementos:
- Por un lado la posibilidad de extravío o pérdida de la tarjeta: en este supuesto un mal uso de nuestra tarjeta en compras menores puede ser efectivamente un gran problema, sin embargo, las medidas de seguridad aquí son exactamente las mismas que debemos mantener con cualquier tipo de tarjeta de crédito, es decir, en caso de robo o extravío automáticamente debemos comunicar este hecho, con lo cual la operativa fraudulenta no será posible, y en todo caso si se ha dado o se da no perderemos dinero.
- Por otro lado la opción de clonado de los datos de la tarjeta. Esto ha corrido en cierto modo como un pequeño reguero de pólvora, mediante el cual se venía a decir que este tipo de modelo de tarjeta, por su capacidad de lectura a distancia y sin número secreto, era muy fácil de ser captado por dispositivos exprofeso.
Negar que exista la posibilidad de fraude con este tipo de modelo de pago es tan poco realista como negar que no corre ni más ni menos riesgo de falsificación o clonado que el resto de tarjetas de crédito. Hoy en día no se puede decir que la obtención de datos de manera fraudulenta las tarjetas contactless es más sencillo que la obtención de datos fraudulentamente a través de Internet, y sin embargo seguimos utilizando nuestras tarjetas en Internet.
Como siempre se trata de una cuestión de prácticas seguras con nuestras tarjetas, asumir que existen riesgos no sólo la tarjeta contactless si no en cualquier modelo de tarjeta y operar en consecuencia, con prudencia.
Por qué no me pide pin en compras menores de 20 euros
Para compras en España, las tarjetas contactless tienen un límite fijado en 20 euros para compras sin tener que solicitar el pin. En muchas ocasiones el este mínimo viene establecido por las propias marcas de estas tarjetas y no es posible modificarlo.
Cómo desactivar esta opción
La tecnología contactless tiene esta función establecida y dependiendo de la entidad bancaria que se trate se podrá modificar o no. En principio, según comentarios en la Red, CaixaBank permite cambiar el límite a cero. Otros bancos sin embargo, no ofrecen esta posibilidad. La opción más recomendable, por lo tanto, es consultar al banco emisor y solicitar la desactivación del servicio contactless.
Existen otros medios más drásticos para desactivar el contactless. Más bien relacionados con trabajos manuales o de bricolaje sobre la propia tarjeta. Por ejemplo, uno de ellos se basa en realizar un pequeño agujero sobre uno de los hilos conductores del chip. Con mucho cuidado de no dañar la tarjeta. Se trata de encontrar el hilo conector exponiendo la tarjeta a una luz potente. De esta forma se puede ver el conductor. Posteriormente se marca con un rotulador y se taladra un pequeño agujero sobre el mismo. Es necesario una broca de 1,5 milímetros.
Otro de estos modos consiste en realizar un corte. Para ello deberemos tomar la tarjeta por el lado opuesto a la cara en la que se encuentra el chip. Con unas tijeras o un cuttex, en su defecto, se realizará un corte perpendicular al borde de la tarjeta contacless. De nuevo tomaremos una luz potente para asegurarnos que hemos cortado los hilos de contacto. El corte debe ser de unos 2 cm.
Tanto uno como el otro de estos dos métodos tienen como inconveniente que nunca más se podrá utilizar el servicio contactless. Por lo tanto deberemos estar seguros de ello, puesto que la tarjeta quedará inutilizada para este servicio.
Peligros de esta modalidad
A priori, según informa BBVA, la tarjeta queda anulada en caso de robo y aviso de cancelación por parte de su propietario. Por consiguiente se mitiga el riesgo de robo o utilización indebida en la utilización de las tarjetas contactless.
Sin embargo, sí que suponen un mayor riesgo que la teconología EMV (la que se utilizaba hasta ahora). Esto se debe a que cualquier persona puede utilizar la tarjeta ajena y realizar compras no superiores a 20 euros. Con un máximo diario de 100 euros. Si el titular no se percata de ello, y por lo tanto no procede a la anulación de la tarjeta, puede llevarse una sorpresa desagradable.
Hasta ahora, las tarjetas, aún en caso de robo, necesitaban de un pin para poder utilizarlas, salvo en el caso de las compras por Internet. Con la nueva tecnología impuesta (por los propios fabricantes de tarjetas) mejora la agilidad en los pagos, pero que duda cabe que todo se realiza a costa de la seguridad en la utilización.
Las tarjetas contactless tienen una mayor cantidad de peligros. Su seguridad queda en entredicho.