La posibilidad de que S&P rebajase el rating crediticio de España hizo caer al Ibex 35 más de un 2% y este descenso ocupó las portadas de casi todos los medios de comunicación económicos, además de ‘robar’ un espacio en televisiones y otros medios de generalistas. La noticia llevó a muchos ahorradores ‘de a pie’ plantearse varias preguntas: ¿Qué es un rating? ¿Tan importantes son estos rating? y, sobre todo, ¿Cómo me afectaría una rebaja del rating de España? Y es que a día de hoy las agencias de calificación y su labor siguen siendo un gran desconocido para el ciudadano medio.
Se podría definir a los rating como la nota que las agencias de calificación otorgan a un producto financiero o a un país. En este caso concreto, los rating medirían la calidad de la deuda generada por España y por lo tanto sirven para determinar el riesgo de aceptar sus emisiones de deuda y en cierta medida de las empresas que operan en la región.
A la hora de pedir un préstamo o de invertir, cuanto mayor es el riesgo más altos serán los intereses que haya que pagar o que deberá generar ese producto en concreto. En el caso de los países ocurre algo similar con la deuda que emiten y que en el fondo constituye su principal vía de financiación (impuestos al margen). De esta forma, si se rebaja el rating de España al Estado le resultaría más caro financiarse. Pero no sólo se verá afectada la administración, sino también las entidades financieras españolas.
La rebaja de la perspectiva de crédito de España por parte de S&P repercutirá en las emisiones que realicen bancos y cajas con aval de Estado y también afectará a la petición de financiación al Banco Central Europeo (BCE). Esto se traducirá en un encarecimiento de todo tipo de emisiones que afectará a sus márgenes y que es previsible que tenga un efecto negativo sobre los préstamos. Si las entidades tienen más dificultades para financiarse es muy probable que repercutan esos problemas sobre los préstamos con un nuevo endurecimiento de las condiciones.
De todas formas, habrá que esperar a conocer las dediciones de Moodys y Fitch, las otras dos grandes agencias de calificación, para saber el alcance de la decisión de S&P, la más beligerante de las tres en lo que a la situación española se refiere. Por ahora, España mantiene la calificación AA+ (la segunda más alta tras perder la AAA en enero) y lo que se ha reducido ha sidola perspectiva de crédito, que pasa de ‘estable’ a ‘negativa’.
Los argumentos de S&P no pueden ser más claros:”nuestras expectativas de un crecimiento del PIB significativamente más bajo y a la persistencia de déficit fiscales elevados a medio plazo, a falta de esfuerzos de consolidación fiscal más agresivos y políticas más fuertes enfocadas a la mejoría de las perspectivas a medio plazo”. De nuevo el excesivo endeudamiento del Estado.