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Buenos propósitos financieros para el año nuevo

Apuntarse al gimnasio, comer mejor, pasar más tiempo con la familia, estudiar inglés, dejar de fumar… Estos son sólo algunos de los ya clásicos propósitos de año nuevo que la mayoría de personas hace el 1 de enero y que después no tardan en olvidar. De hecho, la estadística nos dice que más de tres cuartas partes de ellos no pasarán del 15 de enero. Aunque este sea el caso, nunca viene mal dedicar por lo menos parte de nuestro tiempo a intentar mejorar aquellos aspectos en los que, de una u otra forma, hay un déficit.

El apartado económico y financiero no debe quedar fuera de esta lista de buenos propósitos o deseos para el nuevo año y por eso desde Opcionis os proponemos algunas ideas básicas para empezar con buen pie.

Dedicar más tiempo a nuestras finanzas. Este es el primer paso que debemos dar. No importa cuál sea nuestro nivel de control financiero, siempre se puede mejorar dedicándole algo más de tiempo. Quienes no dispongan de un presupuesto pueden empezar por elaborar un presupuesto básico y quienes ya hayan puesto en marcha medidas de control financiero pueden pasar al apartado de inversión y así sucesivamente.

Mejorar nuestros hábitos de consumo, o lo que es lo mismo ahorrar. Se trata de consumir de forma inteligente o por lo menos informada. Para lograrlo lo primero que debemos hacer es hacer un presupuesto con los gastos e ingresos. Cuanto más detallado sea de más información dispondremos y más fácil será recortar costes. Como siempre, no se trata de vivir con lo mínimo, sino de eliminar aquellos gastos que no aporten valor y de vivir de acuerdo a nuestras posibilidades.

Poner en marcha nuestro plan financiero. Empenzando por el ya mencionado presupuesto, hay que establecer un plan de actuación para ahorrar y poner a trabajar nuestro dinero. No es necesario ser el próximo Warren Buffett ni convertirnos en un gurú de las finanzas e inversión, simplemente hay que conseguir obtener algún rendimiento de nuestro capital para que por lo menos no pierda valor por el efecto de la inflación.

Pensar en nuestra planificación fiscal. Aunque hasta mayo no toca afrontar la declaración de la renta y ya poco podemos hacer respecto al anterior ejercicio fiscal, conviene empezar a pensar en formas de ahorrar en la factura fiscal para el año en curso. Toda inversión tiene unos costes fiscales que serán mayores tras aprobarse una subida en el tipo impositivo de los productos de inversión.

Formarse mejor. Aunque podría haberse incluido en el primer buen propósito, merece la pena dedicarle un buen deseo entero. Siempre es posible seguir aprendiendo en materia financiera y de hecho un buen inversor nunca deja de hacerlo. Existen posibilidades de aprender para todos los inversores-ahorradores, sólo hay que dedicarle el tiempo suficiente.

Se pueden añadir algunos deseos más y de hecho en CNN Expansión han creado una lista con 12 propósitos algo más concretos que también puede servir como referencia. Sin embargo, con estos cinco puntos también debería bastar. En cualquier caso, lo importante no es acometerlos todos cuanto antes, sino empezar a concienciarse de la importancia de gestionar activamente nuestras finanzas. A partir de ahí, cada ahorrador debe establecer un sistema de control e inversión con el que se sienta cómodo y que no tiene por qué ser el más exhaustivo ni el más completo, sólo el que mejor se ajusta a sus características dentro de una serie de parámetros mínimos, aunque eso es otra historia que ya abordaremos dentro de la sección Clases básicas de gestión financiera.