
Sabemos que las entidad financieras tienen éxito, en cuento mejoran su relación con los clientes. La realidad es que la necesaria confianza que debe existir entre entidades financieras y clientes se encuentra hoy en mínimos, en consecuencia la situación empeora para las entidades financieras. El buen funcionamiento de esta relación sustenta el crecimiento económico y la prosperidad, por lo que ha de ser protegida si se debilita y mejorar lo que sea necesario para mantenerla.