Cuando parecía que la calma comenzaba a instalarse en la mente de los ahorradores un nuevo golpe ha sacudido los cimientos de su confianza. El pasado jueves comenzaron a oírse rumores sobre los posible problemas de ING Groep y finalmente el domingo la entidad anunciaba la inyección de 10.000 millones de euros por parte del gobierno holandés. Ahora bien, lo que realmente se pregunta el ciudadano medio es: ¿cómo afecta esto a los accionistas? ¿y a los pequeños ahorradores? ¿corre peligro el dinero de las cuentas naranjas?. La respuesta rápida a estas preguntas sería: positivamente a corto plazo pero negativamente a largo, no debería afectarles y no, aunque siempre conviene dar una explicación.
En el primero de los casos, el ING Groep ha sufrido una brutal corrección en forma de fuertes caídas durante las últimas semanas ante las noticias sobre posibles problemas de liquidez. Para acallar rumores y mejorar su posición financiera a corto plazo, la entidad ha emitido acciones no preferenciales sin derecho a voto que ha vendido al estado holandés por un total de 10.000 millones de euros. Tal y como explica en la nota de prensa, “esta operación no diluye el capital de los accionistas pero proporciona seguridad adicional a nuestros clientes”. Básicamente el banco ha ‘colocado’ sus títulos a 10 euros y podrá recomprarlos a 15 euros cuando lo desee. La cotización de ING se ha disparado tras el anuncio.
Aunque era obligado comentar la situación bursátil del banco (ya que afecta directamente a sus cuentas), la gran mayoría de los españoles no son accionistas, sino clientes de ING y casi todos a través de ING Direct y alguno de sus productos estrella como la Cuenta Naranja o la Cuenta Nómina. ¿Deben estos preocuparse por la seguridad de sus ahorros? No hay necesidad de hacerlo ni de retirar el dinero del banco. ING se ha adelantado a cualquier problema y ha buscado fortalecer su posición en un momento incierto.
En el fondo, los 10.000 millones de liquidez otorgados por Holanda deberían servir para hacer todavía más solvente a ING y por lo tanto limitar las posibilidades de quiebra. Además, en caso de problemas el Gobierno nacionalizaría en banco (algo que acaba de realizar en cierta medida), por lo que el dinero estaría garantizado por el propio país.
En cualquier caso, y para mayor tranquilidad de los ahorradores, hay que recordar que sus depósitos están asegurados en caso de quiebra gracias al Fondo de Garantía de Depósitos. En este sentido, ING no figura en la lista de entidades que forman parte de este fondo en España, sino que depende del Fondo de Garantías Holandés. ¿Es esto un problema? En absoluto. Al igual que en España, Holanda garantiza los depósitos de los ahorradores hasta 100.000 euros que se devolverían en un plazo de tres meses (exactamente igual en territorio español).