Un tema recurrente en la vida de toda persona es, hacer frente a los pagos sean estos de cualquier índole. Entre la tarjeta de crédito cada mes, el pago del alquiler si es que aún no somos propietarios, algún préstamo personal que adeudamos, la cuota del auto, y por qué no los gastos de servicios públicos, entre otras letras que cada mes nos hacen menos pudientes.
Si tras haber pagado todo esto, y satisfecho nuestras necesidades mensuales aún nos queda dinero, tenemos dos opciones básicas: Ahorrar o Invertir. Pensemos un momento en la menos conservadora y optemos por la opción número dos. Una forma simple de invertir es colocar el dinero en algún instrumento financiero, o en renta variable comprando acciones en la Bolsa. Sin embargo, las inversiones que realmente importan para un país, son las que están vinculadas con la producción y el trabajo, por lo cual, nunca está demás comenzar un emprendimiento.
Para este caso, endeudarnos es una buena opción. También lo es para aquellos que quieran comprar una casa o un piso, o bien un nuevo vehículo.
Comprar un coche, una casa o hacer un viaje así como emprender un negocio son muchos de los sueños recurrentes en los españoles. Pero tenemos que ser realistas, a veces (casi siempre) nuestro sueldo no nos permiten acceder a ellos. Y, aunque podríamos ahorrar mucho tiempo para juntar lo suficiente para comprarlos, existe la vía rápida, solicitar un crédito.
¿Qué cuestiones tengo que considerar antes de pedir un crédito?
- Definir el monto que necesitamos: aunque parezca un punto simple, siempre hay que tener en cuenta todo tipo de gasto asociado a lo que queramos hacer. Por ejemplo, si vamos a comprar una casa, es necesario tener suficientes recursos para pagar el notariado y escrituración. O también, podríamos necesitar dinero para reparaciones o modificaciones, seguros, mantenimiento, instalación de electrodomésticos y no debemos olvidarnos de la mudanza.
- Capacidad de pago mensual: teniendo como base el monto necesario, tenemos que conocer ahora cuánto podremos pagar mensualmente. En este caso, la cuestión es aún más puntillosa, dado que tenemos que detallar nuestros ingresos, restando los gastos y lo que designemos al ahorro. Nunca tenemos que dejar de ahorrar aunque estemos endeudados. Si no hacemos esto, será raro vernos llegar a fin de mes cumpliendo en tiempo y forma con todos los pagos, e incluso pondremos en peligro el bien que adquirimos.
- Plazo del crédito: este punto es de suma importancia, dado que sabremos bien el tiempo que tomará liquidar el préstamo y así planearemos el presupuesto y objetivos de una mejor manera. Tener en cuenta si estamos frente a tasa fija o variable para definir el plazo. Cuando la tasa de interés es fija, sabremos exactamente cuánto nos va a costar el crédito, en caso de que los intereses sean variables, la tasa podrá aumentar o disminuir, de acuerdo a las tendencias del mercado. He aquí el problema, si tenemos tasa fija, con las tasas de inflación que se mantienen estables, nuestra deuda será cada año menos costosa, y por ende, financiarnos a largo plazo puede ser beneficioso; ocurre lo contrario con la tasa variable, donde se debe preferir el corto plazo o no tomar créditos.
- Cargos adicionales por comisiones o intereses moratorios: un punto interesante a considerar a la hora de comparar entidades bancarias que ofrecen parámetros de financiación similares.
Finalmente, mi consejo es tener en cuenta otras condiciones que ofrezcan las entidades prestamistas, como por ejemplo si hay cargos por realizar pagos anticipados, que permitan liquidar el crédito antes del plazo pactado. Asimismo, ver condiciones de aseguramiento que permiten asegurar el pago en caso de tener alguna eventualidad.
Ahora bien, conveniente o no, endeudarnos es una gran opción para comprar hoy y pagar mañana, pero siempre tenemos que conocer y evaluar las diferentes opciones de financiamiento que tenemos a nuestro alcance y si tenemos en cuenta alguno (en realidad todos) de estos consejos podremos disfrutar los beneficios del crédito.