Existen diferentes estrategias para operar en bolsa en función del perfil de cada inversor. Una de las más extendidas, generalmente por quienes apuestan por el largo plazo y no tienen especial apentencia por el riesgo, es la de buscar el dividendo. Es decir, apostar por compañías con una buena política de dividendos.
Desde Seeking Alpha dan una vuelta de tuerca a esta estrategia para tratar de hacerla más competitiva. Se trata de encontrar las mejores acciones por dividendo, pero también al precio más bajo. Es decir, compradas en el suelo, de forma que se puede rentabilizar la entrega de dividendos y la revalorización del propio título. En realidad, se estaría conjugando los beneficios de invertir a corto-medio y a largo plazo. Y es que generalmente los inversores a largo plazo no suelen ser tan buenos o prestan tanta atención al ‘timing’ o cuando entrar en el mercado.
En realidad, determinar cuando entrar al mercado no es tan complicado si se utiliza un buen modelo de asignación de activos y se invierte de forma sistemática cuando la situación es buena y también cuando es mala. Lo que ocurre es que lógicamente resulta más fácil comprar cuando el mercado sube que cuando cae y además la coyuntura económica no acompaña. De hecho, muchos inversores optan por cerrar posiciones en cuanto atisban un entorno negativo para permanecer en liquidez y después retornar al mercado cuando lleva un tiempo subiendo. Esta táctica, que podríamos considerar vender abajo y comprar arriba no es precisamente la más adecuada, sino todo lo contrario.
En teoría, un buen inversor deberá comprar abajo y vender arriba, aunque esto no es sencillo. Por eso mismo un sistema que invierta todos los meses nos permitirá minimizar los riesgos de equivocarnos. Así, por ejemplo, quienes compraron en marzo de 2009 lo hicieron en el suelo del mercado (a partir de ese mes empezó un mercado secular alcista) y seguramente en contra de las recomendaciones de muchos afamados analistas. Lo mismo puede decirse de quienes compraron en abril de 2009, cuando todavía no se sabía si el rebote era o no fiable. Estos inversores acumularán ahora importantes rentabilidades.
Evidentemente, el sistema también funciona a la inversa. Quien invierte todos los meses se arriesga a estar comprando en un mercado bajista y a que ocurra lo contrario. Así, ante una eventual caída también acumularía fuertes pérdidas. La diferencia es que en todo prolongado deterioro terminará produciendo un suelo absoluto de mercado, algo que no ocurre con las subidas. Una revisión histórica del mercado nos dice que no existen los techos absolutos, sino el próximo techo. Tanto es así, que el mercado siempre ha conseguido, tarde o temprano, hacer nuevos máximos.
De todas formas, cualquier inversor a largo plazo en dividendos sabe que los beneficios son mejores en los suelos, así que seguro que muchos están empezando a sonreír pensando en la próxima caída del mercado.